Cuando se tienen niños en casa hay que buscarse las mañas a diario para conseguir que coman bien. Hay recetas que entran mejor que otras y estos flamenquines de jamón y queso entran en la primera categoría. Fáciles y rápidos de preparar, un plus para quien se encuentra al frente de los fogones, y muy del gusto de toda la familia. Es una receta para conquistar a pequeños y mayores.
Lo de llamarlos flamenquines es un poco ambicioso, pues los auténticos se elaboran con carne de ternera. A estos los podríamos etiquetar como "falsos flamenquines" o, incluso, San Jacobos enrollados. Sea como fuere, el nombre es lo de menos y lo de más es que con esta receta triunfáis seguro y no os vais ni a despeinar. Acompañadla de una ensalada de tomate o de hojas verdes y tendréis una comida lista en cero coma.
Extendemos dos lonchas de jamón, ligeramente superpuestas, y colocamos una loncha de queso encima. Enrollamos apretando bien y procurando que el queso no sobresalga. Si compramos lonchas de jamón rectangulares, usamos solo una para cada flamenquín.
Pasamos cada rollito por harina, huevo batido y pan rallado, cubriendo bien toda la superficie y, sobre todo, los extremos para que no se salga el queso al freír. Calentamos abundante aceite de oliva en una sartén y freímos los flamenquines. Volteamos para dorar por todos lados. Dejamos escurrir sobre papel absorbente para retirar el exceso de grasa antes de servir.
Con qué acompañar los flamenquines de jamón y queso
De acompañamiento de los flamenquines de jamón y queso ya hemos recomendado en la introducción una ensalada de hojas verdes o de tomate. Es la opción más saludable y que mejor equilibra el contenido calórico de los flamenquines, aunque si os queréis dar un buen homenaje podéis servirlos con una ración de patatas fritas y ¡a disfrutar!