Madrid es ciudad con una extensísima variedad de bares y tapas. Cada barrio tiene sus propios elementos diferenciadores, pero todos se fundamentan bajo un parámetro: comparten ciertos platos que se repiten una y otra vez. Generaciones de buen comer que han transmitido la gastronomía popular y saben mantener sus señas de identidad de bar en bar. ¿Sabrías reconocerlos?
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Callos a la madrileña. Sin ninguna duda, el plato más conocido de nuestra región. Aunque a mucha gente pueda a tirarle para atrás por su apariencia, es una auténtica recreación de la capital por su complejidad de sabores. Compuesto por productos de casquería proveniente de tripas de vaca guisados con morcilla y chorizo, múltiples especias y guindilla picante, es un manjar de taberna de toda la vida. Múltiples texturas que te harán querer gastar una barra de pan entera en cada plato.
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Calamares a la romana. Sean en bocadillo o en pequeñas raciones, los bares especializados en calamares son parada obligatoria en una ruta del tapeo de Madrid. Hay numerosos sitios donde encontrar los calamares, plato preferido de turistas y foráneos. Tanto es así que incluso hemos celebrado las victorias de nuestra selección al grito de: ¡Camarero, ¡una de calamares!
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Patatas bravas. La eterna rivalidad entre Madrid y Barcelona no está en el fútbol o en la política, está en la salsa de las bravas. Incluso hay bares que tienen patentada la receta para que no se la copie nadie. Más o menos picante, es un entrante favorito para miles de personas cada día. Por algo será.
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Bacalao rebozado. Es considerable el elevado número de platos de la región que tienen en la fritura su aliado natural, pero no por ello dispone de menos prestigio. Los soldaditos de Pavía, como también se les conoce, son macerados y rebozados con una masa orly antes de dejarlos crujientes con aceite hirviendo. Típicos del barrio de Tetuán de Madrid, pero hay auténticos especialistas en ello en el entorno de la Puerta del Sol, hábitat natural de este bacalao frito.
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Oreja a la plancha. Es imposible un bar de barrio sin este bocado de cardenal, barato y especial. Típico de la gastronomía madrileña, ya que es una ciudad que siempre se ha rodeado de mataderos y basado sus recetas más populares en la casquería, se puede acompañar también con salsa brava o un aliño de ajo y perejil. Bien churruscadas tras su paso por la plancha. Indispensables del domingo por la mañana.
Aunque te hemos contado sólo algunas de las tapas más representativas y clásicas, todos los días nacen nuevas ideas que nos llegan a los madrileños en forma de pequeños placeres. Aprovecha ahora la temporada de buen tiempo, sal a una terraza de las infinitas que hay en Madrid y prueba algunas de nuestras tapas. Pero, por supuesto, ¡que las disfrutes con una Mahou!