Hace una temporada asistí a un showcooking o espectáculo culinario, según se diga en inglés o en castellano, me gustan mucho, siempre aprendo algo y en aquel aprendí dos cosas, a cocinar nubes, y lo que era un areómetro de jarabe.
Si no hemos estudiado química, es difícil que sepamos que es un areómetro, pero si utilizamos el otro nombre por el que se le conoce "densímetro", la cosa cambia, es fácil analizarla y hacerse una idea de lo que estamos hablando. Si ahora decimos areómetro de jarabe, y sabiendo que estamos en un blog gastronómico, enseguida sabemos para que se utiliza en las cocinas.
El aparato también es conocido como "pesajarabes", y es muy utilizado en pastelería. Es un instrumento basado en el principio de Arquímedes, que sirve para medir la densidad de una solución de azúcar en agua, con el fin de conseguir que un jarabe o almíbar sea más o menos concentrado.
El areómetro se compone de una probeta y de un tubo graduado de 0 a 45 (según la unidad de medición Baumé - ºBé -) que está lastrado en su interior, con unos pequeños plomos de determinado peso.
Se llena la probeta en tres cuartas partes, con el jarabe que se desea medir, almíbar, licor o mermelada, se introduce el tubo graduado y se hunde, más o menos, dependiendo de la densidad del líquido, la cifra que leemos en el nivel superior del líquido nos indica la densidad de éste. Por ejemplo, 30º es almíbar flojo, 34º hebra fina, 38º hilo fuerte o 41º bola dura.
Está claro que aunque no seamos pasteleros, este sencillo y económico aparato, nos puede ayudar mucho, a hacer mermeladas por ejemplo, quitándonos esa incertidumbre constante de si nos hemos pasado o quedados cortos con la cocción.
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