Cuando uno tuvo a bien estudiar inglés en el colegio, el término gadget era algo solo reservado al Inspector Gadget, una especie de navaja multiusos de animación que era capaz de perseguir a los malos con más recursos de los que tendría una ferretería.
Años más tarde, la palabra gadget se ha colado en nuestras vidas y no hay rendija por la que no quepa. Tanto que términos como artilugio o utensilio van cayendo en el saco del ostracismo y del desuso, pues queda infinitamente menos moderno referirse a una espátula de cocina como utensilio o una batidora como artilugio.
Mucho mejor gadget, ¡dónde va a parar! Pero claro, mi abuela es más de utensilios. Tanto como para que no esté por la labor de que la palabra gadget no entre en su vocabulario. Y, casi como si yo fuera Escarlata O'Hara en Lo que el viento se llevó: "A Dios pongo por testigo que no seré yo quien se la inculque".
Por fortuna, ella sí ha tenido a bien inculcarme buenas dosis de alegría culinaria y de talento a los fogones. No he absorbido todo, lo reconozco. No soy un fideo de esos gordos, capaz de impregnarse de caldo hasta triplicar su volumen, pero sí he prestado mucha atención a la maña que mi abuela Ede, aún siendo gallega, se ha dado siempre con el cocido madrileño, uno de los que considero sus platos estrella.
Con todo, claro. Y con la sopa servida casi en punto de ebullición, pues debía ser que las abuelas son, además de generosas, ignífugas. El caso es que cuando mi abuela Ede hace cocido siempre veía una extraña tela, parecida a la que usaba para bridar el redondo de ternera, que se dedicaba a encarcelar garbanzos.
Insisto en que no es un gadget, sino algo tan elemental como un bolsa para legumbres. Una finísima y casi irrompible malla de nailon que sirve para guarnecer allí a los garbanzos, ya incluso en la víspera, para que al día siguiente ninguno quede perdido por el fondo de la cazuela.
Ibili Bolsa para Legumbres, Nailon, Blanco, 37 x 5cm
No es ni caro ni difícil de mantener. Tampoco, por supuesto, solo vale para cocidos. De hecho, es estupendo para cuando queráis hacer caldo de verduras o si tenéis en marcha algún caldo de pollo y queréis distraer allí unos garbanzos para que dejen sabor, pero no su presencia.
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