Extremadura se convierte por todos los lados en una tentación irrenunciable en primavera como destino turístico. No solo hablamos de una comunidad autónoma cargada de historia y cultura, también de un paraíso natural que sorprenderá a más de un viajero.
Un auténtico refugio entre sierras, bosques, dehesas y gargantas que espera a la vuelta de la esquina para demostrar que Extremadura es mucho más. Por eso, una de las paradas indispensables de esta primavera la encontramos en el Valle del Jerte.
Aunque la obviedad nos llevase a pensar necesariamente en el momento de la floración de los cerezos –que bien merece una visita–, hoy vamos a romper una lanza por otro monumento natural que aguarda en esta zona del norte de Cáceres y que además es perfecto para los amantes del turismo activo.
Hablamos de Piornal, el pueblo donde encontramos una de las cascadas más impresionantes de Extremadura y que merece especialmente su visita en primavera. ¿Por qué ahora? Pues por su situación.
Situada en las estribaciones de la Sierra de Gredos, esta cascada se alimenta notablemente de las aguas del deshielo de la zona, lo que hace que alcance su mayor caudal del año en los meses de marzo y abril, donde también confluyen los períodos de más pluviometría en la zona.
Se genera así un salto de agua de 30 metros de altura que se despeñan desde una pared de granito pulido imprescindible, situada a las afueras de Piornal, un tranquilo pueblo en el Valle del Jerte. De hecho, la ruta senderista para descubrir la Cascada del Caozo, como popularmente se conoce, que se encuentra a medio camino de una ruta senderista sencilla entre Valdastillas y Piornal.
Apenas siete kilómetros de recorrido, asumible para casi todos los públicos, esperan para esta alegre caminata entre pinares y fresnos. También se puede hacer en coche, pues en la carretera entre Valdastillas y Piornal se puede hacer un pequeño alto aparcando junto a la carretera, lo que nos dejará a apenas 100 metros de la cascada.
Si se viaja en vehículos más grandes como autobuses o caravanas, se ha de aparcar en los alrededores del cruce de Navaconcejo –a unos 600 metros de la cascada–, pero insistimos en que lo más agradable (y ecológico) es darse el paseo hacia la cascada siguiendo el Sendero SL-CC 32, que comienza su recorrido en Valdastillas y que supone un plan perfecto para redondear la experiencia en el Valle del Jerte esta primavera.
Imágenes | iStock