Aquí es donde están los bocatas que le roban el corazón a los barceloneses (y turistas) desde hace más de 70 años

Famosos en Barcelona, los bocadillos de Conesa Entrepans tienen más de 70 años de historia, y en estas décadas han conseguido ser toda una referencia sandwichera en la ciudad que alimenta tanto a locales como a turistas.

Situado en la Baixada de la Llibreteria con la calle Paradís, haciendo esquina en la misma plaza de Sant Jaume, corazón de la ciudad, esta bocatería fue fundada en 1951 por Pedro Conesa, que le dio nombre al negocio.

Conesa fue uno de los pioneros en introducir en la ciudad las salchichas alemanas (que también estaban entrando a través del Frankfurt Pedralbes) y que convirtieron en una tradición el peregrinaje hasta este local los fines de semana para degustar estos bocadillos “con pan de llonguet” y bailar sardanas en la icónica plaza o acercarse a la plaza Real a beber cerveza.

Pero, ya bajo el mando de Josep (hijo de Pedro) Conesa no se ha quedado en aquella época de descubrimiento de las salchichas, sino que ha ampliado ostensiblemente su carta hasta una cincuentena de referencias, con mucho éxito de las variedades tradicionales.

Aunque el local ha renovado su fachada (en estos 70 años ha tenido tiempo), el interior sigue pareciéndose a aquellos locales antiguos con tanta personalidad del barrio Gótico de la ciudad, con una clientela que mezcla paseantes, políticos y periodistas (la Generalitat y el Ayuntamiento están prácticamente a sus puertas) y trabajadores de todas las tiendas que hay alrededor.

Josep, que desde los 14 años hizo sus pinitos detrás de la barra del Conesa, dirige esta empresa que tiene una muy buena valoración pese a situarse en una zona de altísima competencia (por ejemplo, tiene un enorme Pans&Company al lado).

Esta fama se debe sobre todo a su técnica del pan (en origen de llonguet) bien planchadito y aplanado, precursor de muchos bocadillos que hoy en día se sirven de este modo.

Otra de sus especialidades es el rapidísimo servicio que ofrecen, pues la mayoría de los bocatas que se sirven en este establecimiento son para llevar (su interior es muy limitado).

No obstante, esta rapidez en el servicio se combina con una notoria amabilidad que consigue sobrevivir a la cantidad de pedidos que se acumulan en las horas punta.

Butifarra, la estrella

El bocata de butifarra con cebolla es por ahora una de sus mejores y más aclamadas propuestas, pero también lo son los frankfurts, las salchichas del país, la butifarra negra con cebolla caramelizada.

Estos bocatas se sirven con patatas Conesa (con chorizo) y patatas bravas, aparte de la posibilidad de tomar entrantes como unas aclamadas croquetas de cocido o de champiñones.

Estos bocatas están tanto en el corazón de los barceloneses que incluso hay quienes los vieron nacer y ahora confiesan seguir yendo con las nuevas generaciones de su familia.

Mención aparte merece la posibilidad de pedir bocatas sin gluten, una opción que ha convertido este pequeño puesto en un lugar especialmente aclamado por el público celíaco, al que la empresa da servicio desde hace 15 años.