Comer en Segovia. Mesón de Cándido

Hablar de comer en Segovia, es hablar de comer en el Mesón de Cándido. Un clásico entre los clásicos, que visitamos el pasado fin de semana. Quisimos aprovechar que con motivo de que el próximo día 6 de diciembre, se celebra en Segovia, el 25 aniversario de su declaración como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, una serie de restaurantes segovianos han elaborado un menú gastronómico a precio cerrado, que podréis disfrutar hasta el 31 de diciembre. Aquí podéis ver los restaurantes incluidos y sus propuestas.

Son 16 restaurantes, que cuentan entre sus ofertas gastronómicas con un menú especial conmemorativo, al precio especial de 25 euros por persona, incluyendo además el vino y el café. Una excelente disculpa para visitar esta ciudad castellana.

La entrada al Mesón de Cándido, te transporta a 1886, el año de su inauguración. La decoración, la ambientación del local como mesón castellano, es totalmente clásica. Este mismo clasicismo se extiende a su forma de entender la cocina, clásica, tradicional, sin grandes innovaciones, manteniéndose en una forma de cocinar, que funciona, que no requiere de cambios.

Los platos que incluye este Menú aniversario son un entrante: degustación de quesos de Castilla y León, bien surtido, y acompañado de carne de membrillo bien cocinada, que disfrutamos con una buena hogaza de pan castellano. Sigue una lasaña de jamón de Guijuelo y verduritas de temporada, con mucha más verdura que jamón, pero que nos sorprende por su presentación que nos parece innovadora en un lugar tan clásico como Cándido.

Por fin llega el cochinillo. Además, nos llega con toda la parafernalia del corte de las raciones realizado con un plato, demostrando con ello que está perfectamente asado. El hijo de Cándido, continua con la tradición que iniciase su padre en 1905, y realiza la ceremonia del corte, con lectura de su autorización Real, y terminando con su deseo de buen provecho, al romper el plato con el que realiza el corte, lanzándolo contra el suelo.

El cochinillo al estilo de Cándido, nos dejó encantados. Estaba como cabe esperar, crujiente por fuera, jugoso por dentro y con la carne perfecta de punto. Un acierto haber venido, comentamos todos. Ya con ganas de rematar la excelente degustación que estabamos realizando, nos llega el postre, una torrija de leche caramelizada, preparada sin freír, en la que se carameliza el azúcar por encima, que sirven acompañada de helado de chocolate. Estaba realmente buena, aunque a mi gusto, deberían haber utilizado un pan no tan alto, para que se empapara mejor el interior de la leche avainillada.

Toda la cena estuvo acompañada de vino joven de la Ribera del Duero y agua mineral. Además he de reconocer que fueron generosos en cuanto al número de botellas, sin escatimar a la hora de reponerlas. El café, correcto, también estaba incluido en el precio de la degustación. En resumen, un menú que nos satisfizo por su variedad, excelente precio, y que contando con el cochinillo de Cándido, que estaba realmente en su punto, es una apuesta segura.