En el corazón del jamón de Extremadura: el imponente palacio-castillo medieval del siglo XV en el que dormir en 'Sevilla la Chica'

Una parada fundamental en el centro de la dehesa extremeña, en el sur de la provincia de Badajoz

Palacio Extremadura Badajoz Sevilla
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En el extremo sur de la provincia de Badajoz, entre montes de encinas y tierras de dehesa, se extiende la comarca de Zafra-Río Bodión. Este paisaje, moldeado por el tiempo y la ganadería extensiva, es el corazón del cerdo ibérico en España. Aquí, la montanera —ese periodo crucial en el que los cerdos se alimentan de bellotas antes de su sacrificio— marca el ritmo de la economía local.

La zona es famosa por su jamón ibérico, uno de los productos más valorados de la gastronomía española, y es también un territorio con una historia que se remonta siglos atrás.

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En medio de este entorno se alza Zafra, una localidad de marcado carácter medieval que ha sido, desde siempre, un punto clave en las rutas comerciales y ganaderas del suroeste peninsular. Y en su corazón, como testigo de este pasado noble y guerrero, se levanta el Palacio de los Duques de Feria, una fortaleza del siglo XV que hoy en día abre sus puertas como Parador Nacional.

Este imponente palacio-castillo no es solo una joya arquitectónica, sino también un símbolo del poder de la Casa de Feria, una de las familias más influyentes de la nobleza extremeña. Construido en 1437 por orden de Lorenzo II Suárez de Figueroa, primer conde de Feria, el edificio fue concebido tanto para la defensa como para la residencia de la familia.

Sam 7319 2 Scaled El Palacio de los Duques de Feria, hoy Parador de Turismo de Zafra. ©Oficina de Turismo de Zafra.

Con sus robustos muros de mampostería y sillería, su planta cuadrada con torres en las esquinas y su elegante patio renacentista, el palacio refleja la transición entre la fortaleza medieval y la residencia señorial. Su nombre se debe a la elevación del condado de Feria a ducado en el siglo XVI, cuando Carlos I de España concedió el título a Pedro de Figueroa y Córdoba.

A lo largo de los siglos, el edificio evolucionó de fortaleza defensiva a palacio renacentista, y con el paso del tiempo perdió su función militar para convertirse en una residencia nobiliaria.

Plazachica Scaled Plaza Chica. ©Oficina de Turismo de Zafra.

En el siglo XX, el Estado español lo rehabilitó y lo transformó en Parador, lo que permitió conservar su legado histórico y ofrecer a los viajeros la oportunidad única de dormir entre sus muros centenarios.

Hoy, hospedarse en este Parador de Zafra es sumergirse en la historia, disfrutando de un entorno que conserva la majestuosidad de antaño sin renunciar a las comodidades modernas. Sus estancias, con altos techos, muebles de época y detalles que evocan su pasado, permiten a los visitantes imaginar la vida de los duques que lo habitaron.

Pero Zafra no solo es su palacio-castillo. Esta ciudad, conocida como la "Sevilla la Chica" por su trazado urbano y su animado ambiente, es un lugar de paso estratégico entre el norte y el sur de la península. Sus calles empedradas, plazas porticadas y conventos históricos invitan a perderse en un recorrido que mezcla historia y tradición.

Arco Cubo Arco del Cubo o puerta de Badajoz, uno de los restos de la muralla de Zafra. ©Oficina de Turismo de Zafra.

La Plaza Grande y la Plaza Chica, conectadas por el célebre Arquillo del Pan, son dos de sus rincones más emblemáticos. Desde allí, el viajero puede adentrarse en el casco antiguo, descubrir la iglesia de la Candelaria o recorrer la calle Sevilla, repleta de tiendas y bodegas donde probar los productos típicos de la zona.

Y, por supuesto, hablar de Zafra es hablar de su gastronomía. Quienes visitan la ciudad no pueden marcharse sin probar el jamón ibérico y otras delicias de la dehesa extremeña. Una parada obligada para los amantes de la buena mesa es el restaurante Acebuche, uno de los referentes gastronómicos de la localidad.

Al frente de su cocina está la pareja de chefs conformada por Carmen Peláez y Javo Gassibo, donde el producto de proximidad y en una interpretación creativa de la cocina extremeña con los toques italoargentinos de él hacen de Acebuche una singularidad que bien vale una parada.

Sorrentinos De Cordero De Pasta Fresca Sorrentinos de cordero de pasta fresca. ©Restaurante Acebuche.

La carta de Acebuche ofrece una variedad de platos que invitan al comensal a compartir y disfrutar de una experiencia culinaria única. Entre las opciones destacan el jamón ibérico de García Mimbrero, los malfatti con tomate o los sorrentinos de cordero son testimonio de ese ejemplo de ida y vuelta.

También otros platos como el tataki de atún con escabeche cítrico y Parmigiano Reggiano, los canelones de pulpo o las empanaditas argentinas rellenas de ternera extremeña y acompañadas de chimichurri, reflejan la fusión de sabores que caracteriza al restaurante.

La mejor época para visitar Zafra y su palacio-castillo depende de lo que el viajero busque. En otoño, la montanera transforma la dehesa en un espectáculo natural único, mientras que en primavera la ciudad se llena de luz y de ambiente. Además, si se quiere vivir la ciudad en su máximo esplendor, hay que apuntar en el calendario la Feria Internacional Ganadera de Zafra, que se celebra a finales de septiembre y es una de las más importantes de España.

Imágenes | Turismo de Zafra

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