El diminuto y desconocido pueblo catalán que es Bien de Interés Cultural: con calles empedradas y un castillo medieval

Este pequeño enclave de la Costa Brava propone unas pintorescas estampas a sus visitantes

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Ubicada en el corazón de la Costa Brava, Palau-sator es una pequeña joya medieval que invita a los viajeros a desconectar del bullicio y adentrarse en su encanto histórico. De hecho, esta localidad destaca, entre otros aspectos, por su tranquilidad, de la mano de sus poco más de 300 habitantes.

Esta localidad, que ha sido declarada Bien de Interés Cultural, es el destino ideal para aquellos que buscan una escapada otoñal llena de calma, historia y paisajes bucólicos.

Con sus calles estrechas y empedradas, y una atmósfera que parece haberse detenido en el tiempo, Palau-sator es un lugar que no deja indiferente a quienes lo visitan y que devuelve, sobre todo, a la calma.

El núcleo medieval del pueblo es uno de sus principales atractivos, y en especial el acceso desde la calle Portal, el más bonito de la ciudad.

Al pasear por su casco antiguo, es imposible no maravillarse con su imponente Torre de las Horas, que en otro tiempo formaba parte del castillo del siglo XII, y que sigue siendo el símbolo más emblemático del pueblo, gracias a sus 20 metros de altura.

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Desde la torre, los visitantes pueden disfrutar de vistas panorámicas de los campos que rodean la localidad, una mezcla perfecta de naturaleza y patrimonio. Los muros que rodean el núcleo antiguo y las puertas de entrada te transportan a una época en la que el pueblo vivía resguardado por sus fortificaciones.

Como elementos arquitectónicos destacados también sobresalen la Iglesia parroquial, y el lavadero del pueblo en el que puede apreciarse cómo se sacaban adelante las tareas de limpieza en aquella época y cómo aquella era también una ocasión para socializar.

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También permite vivir una experiencia de otra época un pozo artesano restaurado que, además de tener su función para extraer agua, es un excelente banco para descansar en medio de la localidad para respitat su tranquilidad.

Además de su patrimonio arquitectónico, Palau-sator destaca por su tranquilidad, que lo convierte en el lugar perfecto para una escapada de fin de semana en otoño. Con el cambio de estación, sus alrededores, cerca de Peratallada y Pals, se tiñen de colores ocres y dorados, creando un paisaje espectacular que invita a la relajación y al disfrute de la naturaleza.

Los visitantes pueden perderse entre los campos de cultivo y los caminos rurales que rodean la localidad, descubriendo la belleza del paisaje ampurdanés, tan característico de esta zona de Catalunya.

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Otro de los encantos de Palau-sator es su rica oferta gastronómica. Los restaurantes locales ofrecen platos tradicionales elaborados con productos frescos de la tierra, como setas y caza, ideales para disfrutar en las frescas tardes otoñales.

Foto | Jaume Ventura/Flickr y Josep Maria Viñolas Esteva/Flickr

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