En España nos encanta el terraceo y Madrid no se queda atrás, incluso en pleno invierno. En cuanto asoma la primavera ya cobran más protagonismo las azoteas y terrazas de las alturas, pero quien lleve ya un tiempo viviendo en la capital sabe que, a veces, los mejores rincones para tomar algo al aire libre se esconde a pie de suelo, en el interior oculto de los edificios más insospechados.
Suelen ser edificios señoriales, de corte más clásico, historicistas o nobles, que al estilo de muchas ciudades europeas acogen patios en su interior donde los visitantes pueden refugiarse de las inclemencias del tiempo y escapar también del ajetreo urbano exterior. En Madrid, en el barrio de las Salesas, hay un rincón que te traslada al corazón lejos de masificaciones turísticas.
Muy cerca de la Plaza de Colón y a dos pasos del Museo Arqueológico Nacional, frente a los jardines de la Villa de París, se encuentra el Institut Français, institución pública que desde 1902 se ocupa de la enseñanza de la lengua francesa y a la promoción del diálogo franco-español, organizando además muchos actos y eventos culturales y de ocio.
Tras las puertas del bonito edificio, el antiguo Palacio de Arenzana, se esconde el Café de l’Institut français, concebido como un bistrot parisino que abre todos los días de forma ininterrumpida desde las 9 de la mañana hasta las 20 de la tarde, en horario más reducido los fines de semana, acorde con el horario europeo más destinado a servir a los estudiantes y usuarios del centro.
Este local ofrece desayunos, picoteos, almuerzos y meriendas, enfocándose en una carta francesa pero también guiños a la cocina internacional, en general con platos muy de cocina mediterránea, frescos y equilibrados. El menú del día va variando según la época del año, e incluye abundantes verduras, ensaladas, pescados y carnes sencillas como el pollo al curry, también con especialidades galas como el croque monsieur o ratatouille.
Tienen fama sus desayunos, con los imprescindibles croissants y su café au lait, aunque tampoco desmerece el surtido de tartas caseras, baguettes y quiches disponible todo el día. Aunque ha subido un poco de precio en los últimos años, el precio del menú con dos platos a elegir sale por 14,60 euros acompañado de jarra de agua fresca, y hay desayunos a partir de 3 euros, con un incremento de precio en la terraza.
Céntrico y muy bien situado, tanto el comedor interior como la encantadora terraza suelen ser un remanso de paz alejado del bullicio madrileño, lejos de trampas para turistas. Pero ojo que entre los vecinos del barrio, trabajadores y usuarios Instituto sus mesas están muy codiciadas, especialmente en primavera y verano; por suerte admiten reservas.
Imágenes | Café de l'Institut français
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