El Algarve portugués es uno de los destinos más solicitados para quienes buscan paisajes de impacto a la vez que sol y playa, así como buen bacalao.
Esta región portuguesa tiene un turismo bastante consolidado por la conjugación de relax, belleza y paisajes que ofrece y, ciertamente, no es para menos.
Sin embargo, también este país registra anualmente más de un centenar de ahogamientos por la peligrosidad e irregularidad de algunas de sus salvajes playas atlánticas, algunas de ellas localizadas precisamente en el Algarve.
Según cita el medio local Postal.pt, el 95% de los ahogamientosse dan en zonas de baño no supervisadas, donde las condiciones marítimas juegan un papel bastante importante, así como los accesos a estas playas.
A lo largo de su recorte, Portugal tiene peligrosas playas como la Praia do Salgado, la Praia da Consolaçao y la Praia do Guincho, pero no todas están en la zona central o norte, sino también las hay concentradas en el Algarve.
Ría Formosa
Esta zona tiene, en la parte de la extensa Ría Formosa, algunas pequeñas playas que salpican este tramo. Una de las más peligrosas es la Praia do Lacém, que se localiza en el lado continental de la ría y tiene un acceso bastante complejo que se realiza desde un tortuoso camino de tierra.
Junto a la Barra do Lacém, en el punto más al este de la isla de Cabanas, se encuentra otra pequeña playa aislada y salvaje que también es de gran peligro.
Lagos
Pero no todo el culpa de la Ría Formosa, pues fuera de esta región, está la Praia Dona Ana, en la zona de Lagos. Aparte de tener la fama de ser una de las más bonitas del mundo, sus acantilados inestables la convierten en un deporte de riesgo.
En el caso de este bonito arenal es necesario mantener una distancia prudencial de los acantilados para quedar a salvo de los desprendimientos.
Foto | Lukas Šakys y Gülru Sude
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