Ser arquitecto y firmar proyectos puede ser algo muy habitual en el siglo XXI. Artistas donde los haya, la realidad es que el nombre del diseñador de un edificio o construcción es en la actualidad un detalle muy evidente.
No solo de ahora, evidentemente, pero no debemos pensar que a lo largo de la historia la figura del arquitecto ha sido tradicionalmente visibilizada. De hecho, hasta el término es, en cierto modo, contemporáneo. No hay que olvidar que en la Edad Media, los 'arquitectos' de algunas de las catedrales y edificios más impresionantes de Europa eran llamados maestro mayor de obras.
Por eso, encontrar en A Coruña una de las construcciones más singulares de la Antigua Roma es relevante por varios motivos. Hablamos, como se puede interpretar con facilidad, por la conocida Torre de Hércules, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2009 y, a la sazón, el faro en activo más antiguo del mundo.
Casi nada para una construcción que, además, podía presumir de ser un edificio altísimo para la época. Se estima que el faro original medía unos 37 metros de altura, lo cual ahora le compara con vestigios de la talla de la Columna Trajana, por poner un ejemplo.
De hecho, se estima que la torre original no es romana, sino que algún pueblo anterior había erigido ya un faro, solo que fue reforzado y modernizado por los romanos, elevando aún más su porte. Construido durante el siglo primero después de Cristo, la Torre de Hércules sería edificada entre los reinados de Nerón y Vespasiano, lo cual se cifraría entre el año 40 d.C y el año 80 d.C.
Lo curioso, además de su altura y de ser el faro más antiguo hoy en funcionamiento, es que también tenía autor. Curioso porque, como iniciábamos, se trata de una rareza en las construcciones antiguas el hecho de dejar constancia de quién había sido su 'arquitecto'.
En este caso, hay una inscripción en latín en la base de la torre en la que se menciona –en términos latinos, evidentemente– a Cayo Sevio Lupo como arquitecto, originario de la ciudad romana de Aeiminium, que corresponde con la Coímbra portuguesa actual.
El faro sería remodelado en el siglo XVIII, donde se elevaría unos 21 metros más, respetando la construcción cuadrangular de 11 metros de lado, mientras que la plataforma poligonal donde se asienta actualmente data de principios del siglo XIX. De esta manera, al fuste romano le habrían correspondido 37,58 metros.
Reformado con profusión en el año 1789, el faro se remodelaría para incluir una nueva luz, si bien es cierto que, aunque la estructura sea de origen romano, se le dotaría posteriormente de ese revestimiento neoclásico que es el que hoy vemos como 'camisa' exterior, pero el corazón sigue siendo un faro romano.
Imágenes | Torre de Hércules - Turismo de A Coruña
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