En Madrid vemos con asombro como crece una nueva moda con el nacimiento y boom de los famosos gastrobares y es lo que he denomindo, no sé si alguien lo habrá hecho antes, como la moda de los gastrocentros comerciales.
Al principio de los principios se nos vendió la moto como el resurgir de los mercados. Una nueva forma de disfrutar de los mercados de toda la vida. Algo así como un santo grial de los mercados, una fórmula que los revitalizaría y conseguiría sacarlos de una muerte inminente.
De este modo vimos como nacía el Mercado de San Miguel. No sin polémica se realizó el nuevo Mercado de San Miguel, hay que recordar que para eso se dejó morir el anterior, se cerraron locales, etc. La apuesta era segura y decidida, se quería hacer un mercado gourmet.
De un mercado donde comprar a un local donde comer
Pero una cosa es como se planteó el Mercado de San Miguel y otra muy diferente en lo que ha terminado convirtiéndose. Lejos de ser un mercado y además gourmet. Es decir un sitio donde ir con precios más o menos y con productos de primera calidad, se convirtió en un mercado con precios prohibitivos que acabaron con algunos cierres. Y debido a su posición acabo siendo meca del tapeo en el centro de Madrid.
Más o menos lo mismo se ha hecho con el Mercado de San Antón. En este caso su disposición en diferentes plantas ayuda un poco a no mezclar churras con merinas y por lo tanto podemos ir a comprar si es lo que queremos o podemos ir a tapear si así lo deseamos.
También lo tiene claro, el lugar escogido, muy cerca de la plaza de Chueca es un sitio estupendo para salir y divertirse, así que la cara lúdico festiva del mercado tiene garantizado el éxito. Y el lado de las compras, con un super en la plata baja también, seguro que el lado gourmet será capaz de avanzar.
La penúltima invención la tenemos con un mercado que se inaugurará dentro de nada, el Mercado Isabela. En este caso de mercado solo tiene el nombre. Es un paso más hacia lo que he llamado gastrocentro comercial. Serán varias plantas destinadas a la moda de las tapas y la gastronomía de autor.
Y como hay una penúltima, tiene que haber necesariamente una última noticia. Se está iniciando un nuevo proyecto que pretende reconvertir los antiguos cines Carlos III en un lugar lleno de restaurantes y puestos de diferentes tipos para comer. Abiertos durante todo el día y para unos 400 empleos.
Sin duda alguna todo lo que sea crear negocio hoy en día es buena noticia pero y todas las dudas que pueden surgir en torno a esta nueva moda de los gastrobares o gastrorestaurantes y no solo eso de meterlos en un centro comercial destinado solo a la gastronomía.
Sin duda alguna es el ocio del momento. ¿Pero es viable? Seguro que han hecho sus estudios de viabilidad, no me refiero a si es viable económicamente. ¿Es viable para nuestra gastronomía? Mucho me temo que la selección natural hará su trabajo. Como reclamo estará muy bien, pero al final solo quedarán los buenos sitios, muchos de los de siempre y los nuevos los que sean capaces de sorprender.
Aunque claro, y mirando el lado negativo hay que decir que muchas veces, casi siempre, el groso de la población es muy poco exigente y me temo que la calidad de estos megacentros para tapear se limiten a ofrecer copias baratas de fórmulas de éxito. Tiempo al tiempo.
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