Buena gastronomía, bonitos paisajes fundidos con el mar, un clima perfecto y una fusión cultural idónea son algunas de las ventajas que ofrece cualquier viaje a Italia, sea a la región que sea, pero no siempre es necesario viajar a este país para encontrarse con unos ingredientes similares.
De hecho, muy cerca de España se encuentra la Riviera francesa con un gran encanto y todos estos ingredientes para pasar unas vacaciones (o una escapada) de lujo sin necesidad de apostarse hasta Italia.
Esto es así en gran parte por el encanto de la Costa Azul como región, participada por cada uno de sus bonitos pueblos que imprimen un carácter distinguido a esta Francia mediterránea que normalmente queda eclipsada por la percepción más atlántica de este país.
Pues bien, uno de estos pueblos que no hay que descartar en absoluto es Saint-Jean-Cap-Ferrat, en la punta de la península conectando Niza con Menton sobresale de una forma que propone unas excepcionales vistas sobre el Mediterráneo.
Delante de su costa, las embarcaciones fondean haciendo alarde de una vida de relax y calidez mediterránea, lo que contribuye a un paisaje salpicado del glamour de la zona (protagonizado sobre todo por Niza y Mónaco).
Pero eso no lo es todo, pues su ubicación privilegiada también permite obtener un pintoresco paisaje de las colinas y pueblos de los alrededores, que los amantes del senderismo y la fotografía apreciarán.
Más allá del paisaje
Pero en este pueblo la belleza mediterránea no lo es todo, pues también tiene otros atractivos culturales bastante llamativos como el Museo Jean Cocteau para adentrarse en la vida del famoso artista francés, así como la suntuosa residencia rodeada de jardines Villa Ephrussi de Rothschild.
En el terreno gastronómico, este pueblo ofrece una gastronomía hija del Mediterráneo con productos regionales como el aceite de oliva, las alcaparras, quesos producidos en la región y también marisco.
Foto | Fred Romero/Flickr
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