Precaución, amigo conductor, ha sido la banda sonora de miles de españoles, en la voz de Perlita de Huelva, cuando nos poníamos en la carretera. Quizá en Spotify ahora no suene tanto, pero es un clásico de la música al volante en nuestro país.
Ahora han cambiado mucho las tornas y los antiguos mapas de carretera han dado paso a aplicaciones GPS y navegadores, muchos de ellos ya en el propio vehículo, con los que perderse es cada vez más complicado, pero ¿también nos abren rutas más seguras?
Es una duda razonable, teniendo en cuenta que, a menudo, las rutas rápidas no tienen por qué ser las más fáciles para determinado perfil de conductores. Algo que en los últimos días ha salido a la palestra con un trágico suceso: el de la muerte de cuatro jóvenes en el portillo de Lunada, un paso de montaña en la parte oriental de la cordillera cantábrica que une la localidad burgalesa de Espinosa de los Monteros con San Roque de Riomiera, en Cantabria.
A 1.350 metros de altitud, este pequeño puerto se convierte en difícil de transitar en cualquier momento del año, debido a la estrechez de la calzada y al estado del pavimento, pero en los meses de invierno, debido a la acumulación de nieve y a las circunstancias de baja visibilidad, puede ser todavía más complicado de atravesar.
Por este motivo, algunas veces las rutas más rápidas o cortas, en determinadas circunstancias, no siempre son las más seguras, habida cuenta de que siempre se debe extremar la seguridad al volante en cualquier tipo de circunstancia.
Razón que también nos debe llevar a plantear el viaje ya desde el inicio, comprobando cómo va a ser el tipo de ruta que vamos a tomar y las precauciones necesarias, por ejemplo, la necesidad de cadenas en determinados puertos de montaña durante el invierno.
En este sentido, nunca está de más comprender que el carácter precavido del conductor debe primar sobre la recomendación que pueda ofrecer una aplicación y nos permita cerciorarnos de posibles inclemencias meteorológicas o de complejidades que podamos advertir en la ruta.
De tal modo, las alternativas que a menudo dan los navegadores –no todos, y no siempre, también en función de dónde salgamos– para cruzar de las provincias de Burgos a Cantabria suelen ser las que guían por Los Corrales de Buelna o por el Alto del Caracol que tienen recorridos más largos, pero tienen, en la mayor parte de los casos, mejores condiciones de visibilidad y tráfico que el portillo de Lunada.
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