En pleno Parque Natural, este encantador pueblo montañés construido en piedra es ideal para recibir el otoño

Cantabria es un destino ideal para una escapada de finales de verano y los primeros días otoñales

Barcena
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Si Cantabria se ha convertido en un punto caliente turístico con sus fantásticas playas y pueblos marineros en pleno verano, ahora es cuando piden su turno los pueblos y villas de interior. Ya asomando el otoño por la puerta, el norte de España se va tiñendo de colores ocres, amarillos y rojos, realzando aún más el manto verde que caracteriza estos paraísos naturales cruzados por montañas, valles, ríos y bosques.

Precisamente en pleno Parque Natural Saja-Besaya se encuentra Bárcena Mayor, que de hecho es el único núcleo poblacional del mismo, y cuya visita es todo un viaje en el tiempo, o casi una escapada de la realidad urbana, pues la villa se despliega como un lugar de cuento donde los días parecen discurrir a otro ritmo.

Situado en una vega del río Argoza, en municipio de Los Tojos la aldea remonta sus orígenes a la Edad Media, aunque hay vestigios de haber sido habitada mucho antes, probablemente como primitivo caserío o zona de asentamiento incluso de pueblos primitivos, quizá lugar de paso en tiempos prehistóricos, como era común en toda la zona. La modernización paulatina de todo el país llevaría al despoblamiento de las áreas más rurales y aisladas, que dejó a Bárcena Mayor como testigo vivo de aquella vida montañesa dedicada a la vida rural de la ganadería, la leña y la caza.

Ya en 1979 fue declarado su centro histórico, en realidad básicamente todo el conjunto del pueblo, como Conjunto Histórico-Artístico, debido al buen estado de conservación de su caserío. Desde finales de los años 80 se ha adaptado toda la aldea para fomentar el turismo rural, siendo hoy uno de los pueblos con más encanto y más pintorescos de toda Cantabria, y también forma parte de los Pueblos más bonitos de España.

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Es un placer recorrer sus calles de piedra y contemplar las bonitas viviendas y demás construcciones civiles, siguiendo el estilo rural tradicional de la zona, primando la sillería y con un cuidado trabajo de la madera. Casi todas las fachadas son de dos pisos y están orientadas hacia el mediodía, protegidas por cortavientos y estructuradas con una portalada inferior y una balconada encima, a menudo decoradas con multitud de plantas y flores.

A pesar de su pequeño tamaño y contar con unos apenas 80 habitantes, Bárcena Mayor tiene una notable iglesia del siglo XVIII, dedicada a Santa María y con retablo barroco, y sin duda hay que buscar entre sus callejuelas los pequeños rincones y espacios que tanta personalidad le dan al pueblo, como la fuente y el abrevadero, el histórico puente de piedra que cruza el río o el antiguo lavadero.

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En el pueblo se encuentran numerosos alojamientos de tipo rural y espacios donde probar la excelente gastronomía montañesa tradicional, más agradecida cuando empiezan los primeros fríos, además de tiendas de artesanía y productos locales. Desde la aldea se pueden emprender muchas rutas de senderismo de todo tipo de distancia y dificultad, o simples paseos para disfrutar de uno de los parajes naturales más bellos de Cantabria.

Imágenes | Eugenio Muñoz - juantiagues - jose maria vazquez

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