Sin duda, el talento del joven chef Javier Aranda es muy reconocido y valorado tanto por el público como por la crítica, habiendo conseguido -con tan solo 32 años-, abrir tres restaurantes que han sido reconocidos con una estrella Michelín.
Tras La Cabra y posteriormente Gaytán, en la última edición de la Guía, consiguió el macaron para el restaurante Retama, situado en el Hotel Club de campo La Caminera, en las afueras del municipio de Torrenueva (Ciudad Real).
Visitamos el restaurante en este lujoso hotel que, pese a estar en mitad de la nada, atrae a los amantes de la caza, el golf e, incluso, la aviación privada, pues la finca cuenta con su propio aeródromo.
Amplios espacios, muy buena iluminación y una excelente atención, hacen muy agradable la visita a este local. Las mesas, sin mantelería, son espaciosas y las sillas muy cómodas para los comensales. Preciosas vajillas, copas de calidad y originales cubiertos de diseño, hacen divertida la experiencia gastronómica de este menú.
A mejorar, la acústica del local, que hace que si hay varios grupos o mesas grandes, se haga difícil la conversación e incluso escuchar cómodamente las explicaciones del jefe de sala o de los camareros.
Oferta gastronómica de Retama
El restaurante ofrece una carta con seis entrantes, dos platos de pescado, cinco platos de carne y cuatro postres. También dos menús de degustación, el Menú Tradición, a 60€ con tres snacks, un entrante, un plato de pescado y uno de carne, seguidos de dos postres, y el Menú Retama, con cinco snaks, dos entrantes, un pescado, dos platos de carne y dos postres a un precio de 90€.
Ambos se pueden completar con los maridajes propuestos por el sumiller, con vinos de la zona y de otras regiones de España y del mundo, que cuestan, respectivamente, 30 y 45 euros a sumar al precio de cada menú.
Probamos el menú Tradición de Retama
Al entrar al restaurante, una mesa cubierta de musgo natural muy fresco esconde tres bocaditos de bienvenida: Un musgo de lavanda y otras aromáticas con huevas de trucha bañadas en oro -elaborado con un bizcocho de sifón de espumas cocinado en el microondas-, una pequeña tosta de paté de perdiz con rabanitos y un muy original bombón relleno de un guiso de conejo. Este magnífico comienzo nos gustó muchísimo.
Ya en la mesa, comienza el menú con una sopa de aceituna gordal, servida en un plato con forma de concha de navaja, con un intenso sabor, una espuma de foie gras con polvo de boletus y cacao con formato de bombón y finalmente el plato llamado texturas de cebolla, compuesto por un chutney de cebolla morada, una espuma de cebolla y virutas de cebolla crujiente. Las raciones son pequeñas y está todo tan rico que te quedas con ganas de más, hasta que llega el siguiente plato y vuelves a sonreír.
Seguimos con un clásico de Javier Aranda, el Ajo verde de pistacho con angula ahumada y ajo negro. Utilizando la técnica del ajo blanco, elabora este plato con pistachos en lugar de almendras, consiguiendo un plato bonito y sabroso.
Tras los entrantes, pasamos a los platos principales. Primero, un bacalao acompañado de una velouté de piparras, unas quenelles de crema de coliflor con chocolate blanco -deliciosas- cubierto de una gelatina teñida con tinta para simular la piel del pescado, cubierta de palomitas de su piel crujiente. Los sabores fantásticos, aunque el punto del bacalao no resultó igual para todos los comensales, estando algo pasados de cocción algunos platos.
Después, la carne: una carrillera de ibérico e bellota con salsa bordelesa y crema de chirivías y un crujiente de zanahoria, con una salsa intensa, completaban la parte salada del menú Tradición, para dar paso a los dulces.
Como prepostre, un cremoso de vainilla, grosellas y frambuesas, sirvió para cambiar los sabores de la boca, disfrutando con los frutos rojos. Después un postre arriesgado, un lingote de boniato cocido en mosto, acompañado por pegotes de espuma de calabaza asada y helado de calabaza, que no gustó demasiado como final, según comentó la mayoría de la mesa.
Con el café, nos trajeron los clásicos mignardises, -un mash mallow cítrico delicioso, una gominola de frambuesa y un bombón- poniendo final a un menú interesante que el jefe de cocina, David Rey, preparó con su equipo de forma eficaz y acertada. En cuanto a las bebidas, con el menú tomamos los vinos de Tierra de Castilla, Talva 2017 como blanco, y Linze 2016 como tinto.
Datos prácticos:
Dónde: Restaurante Retama by Javier Aranda, Hotel La Caminera
Torrenueva (Ciudad Real)
Precio menú Tradición: 60 euros más el maridaje
Reservas: +34 926 344 733
Web | Hotel La Caminera, restaurante Retama by Aranda
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