En el corazón de Galicia, junto al río Arnoia, un antiguo taller de curtidos del siglo XVII ha encontrado una nueva vida. Donde antes se trabajaban pieles, hoy se cocina con productos ecológicos y de proximidad. Fogar do Santiso, un restaurante con raíces profundas en la gastronomía gallega, ha transformado este espacio en un lugar donde la tradición y la sostenibilidad van de la mano.
Desde su fundación en 1996, Fogar do Santiso se ha convertido en un referente de la cocina sostenible en Galicia. Con varios locales en la región, su filosofía se basa en la “Cociña da Terra”, un concepto que apuesta por ingredientes ecológicos, proveedores locales y el respeto por la naturaleza. Su apertura en Allariz, en un edificio histórico que aún conserva las huellas de su pasado, es un paso más en su compromiso con el territorio.
El local en Allariz no es un restaurante más. Situado en el barrio de Vilanova, en un entorno de postal, mantiene la esencia de la antigua curtiduría, con paredes de piedra, vigas de madera y un ambiente rústico que conecta con la historia del lugar. Pero más allá de la estética, lo que lo hace especial es su compromiso con la sostenibilidad.
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Aquí, la mayor parte de los ingredientes vienen de su propia huerta ecológica, donde cultivan verduras, hortalizas y hierbas aromáticas sin pesticidas ni químicos. El pulpo llega directo de la ría de Aldán, garantizando su frescura, y las carnes provienen de razas autóctonas gallegas, criadas en libertad en los montes de Allariz y A Limia. Todo ello se traduce en platos llenos de sabor y con un impacto mínimo en el medio ambiente.
El menú de Fogar do Santiso combina sabores tradicionales gallegos con un enfoque ecológico. Entre los entrantes, destacan las croquetas de grelos, la berenjena con queso de vaca a la brasa o la pizzeta de huerta, hecha con ingredientes de temporada.
![salón](https://i.blogs.es/5a9f53/snapinst.app_331608675_211577978114285_4115680940100201205_n_1080/450_1000.jpeg)
Para los platos principales, las brasas juegan un papel protagonista. El pulpo a la brasa con verduras es uno de los favoritos de la casa, junto con el pollo ecológico churruscado y el entrecot de vaca gallega, servido con patatas fritas caseras. Cada plato respeta el producto y deja que los sabores hablen por sí mismos.
El broche final lo ponen los postres caseros, como la tarta de chocolate con nueces, la de manzana de la huerta o la de queso al horno. También hay opciones más frescas, como los helados ecológicos de leche pura en sabores como frutos rojos o chocolate.
El espacio del restaurante es tan importante como su carta. Además de sus acogedores salones interiores, que mantienen el espíritu de la antigua fábrica, cuenta con una amplia terraza con vistas al río Arnoia, donde los comensales pueden disfrutar de la comida rodeados de naturaleza. Es un lugar ideal para escapar del bullicio y conectar con la tierra, con los sabores y con la calma de la Galicia interior.
Imágenes | Fogar do Santiso