La tirolina urbana más larga de Europa está en España y regala unas vistas increíbles de unas de nuestras ciudades más bonitas

Un plan perfecto para toda la familia que añade aventura al turismo cultural

Tirolina
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Añadir una pizca de emoción y adrenalina a la oferta de ocio de una ciudad puede ser un gran atractivo para revitalizar las visitas y diversificar el turismo incluso en destinos que ya son populares. El turismo de aventura no está hecho para todo el mundo, pero se puede integrar de tal forma que sea apto para toda la familia, sobre todo si se tiene la suerte de contar un magnífico entorno natural donde instalar un columpio, un mirador o una espectacular tirolina.

En el caso que nos ocupa no hablamos de una tirolina cualquiera, sino de la que tiene el honor de ser la tirolina doble urbana más larga de toda Europa. Está en Cuenca y se inauguró a finales de enero de 2023, por lo que está estos días en plena celebración de su segundo aniversario. Si ya conoces esta histórica y bella ciudad, nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996, es una buena excusa para volver y dejarte reconquistar.

Situada concretamente en el Barrio del Castillo, el salto se efectúa desde una plataforma situada a 67 metros de altura, provechando la propia altura que ofrecen las hoces fluviales que marcan el paisaje y el perfil geográfico de la ciudad. El deslizamiento se produce a una velocidad creciente que alcanza los 70 kilómetros por hora en un recorrido total de 445 metros de longitud, con una inclinación del 15%. Lo suficiente para ofrecer una dosis de emoción adrenalítica al mismo tiempo que se disfruta de una vistas increíbles del entorno y la propia Cuenca.

Con apertura diaria todo el año y pases especiales nocturnos en verano, la tirolina no tiene límite de edad mínima ni máxima, solo se imponen criterios de uso en base a la altura y el peso de los usuarios, por cuestiones de seguridad. Los niños que midan, al menos, 1,20 metros de altura y alcancen los 35 kilos, podrán ponerse el casco y saltar con el resto de la familia.

Una vez terminado el recorrido, que dura menos de un minuto, se llega a una plataforma situada en pleno centro conquense, junto al Parador, por lo que se puede continuar la jornada atravesando el Puente de San Pablo para dar un paseo por el casco antiguo y visitar alguno de sus museos y monumentos, o aprovechar para comer o cenar de tapeo en el centro urbano; o incluso darse el lujo de probar la cocina de un estrella Michelin. Desde la propia tirolina ofrecen varios recorridos a pie por si necesitas ideas concretas para tu visita, incluyendo rutas de senderismo en los alrededores.

Si has dejado el coche en el parking de la plataforma, puedes volver fácilmente con el tren turístico que parte del Auditorio Municipal cada media hora.

Imagen | Tirolina Cuenca

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