Pocos bocados hay tan resultones, versátiles y populares como las empanadillas. Protagonistas de muchas de las comidas y cenas de nuestra infancia, ¡qué alegría nos producía ver esa fuente repleta de empanadillas llegar a la mesa! Siempre fritas, así las acostumbraban a hacer nuestras madres, y rellenas de atún y tomate.
Ahora que somos nosotros los encargados de hacerlas procuramos que sean más ligeras y tenemos trucos varios que nos ayudan. Con ellos también conseguimos hacer, de manera fácil y rápida, muchas empanadillas en una sola tanda y nos quedan perfectas. Las obleas no se rompen, no se sale el relleno y no ensuciamos nada. ¿Quieres saber cómo lo hacemos?
Siete trucos para conseguir unas empanadillas más saludables y que queden perfectas
1. Seleccionar ingredientes bajos en calorías
Empezamos preparando rellenos variados al gusto de todos los comensales. Elegimos ingredientes bajos en calorías y saludables. Existen tantas como podáis imaginar, pero entre nuestras combinaciones favoritas están: atún, tomate y huevo duro, espinacas y queso feta, pisto con pollo a la plancha y calabaza asada y queso crema ligero.
2. Aderezar con especias para dar más sabor
Enriquecemos los rellenos con hierbas y especias, un añadido de sabor extra a los ingredientes principales. En algunos rellenos, como el de espinacas y queso feta, funciona muy bien aportar algo de textura si añadimos semillas de sésamo, de amapola o similar.
Rellenar las empanadillas en su justa medida para que no se rompan la obleas
3. Proteger las obleas con un trapo húmedo
El momento de rellenar y formar las empanadillas es uno de los más importantes de todo el proceso. Cubrimos las obleas con un trapo ligeramente húmedo para que no se sequen y rellenamos con moderación. Si nos pasamos con la cantidad corremos el riesgo de que las obleas se rompan. También es necesario que el relleno esté frío.
4. Cerrar con distintos repulges para diferenciar los rellenos
Si hemos usado distintos rellenos, podemos hacer cierres o repulgues diferentes para diferenciar las empanadillas. En esto los argentinos son los reyes de la pista. Si alguna vez habéis visitado una pastelería argentina sabréis de lo que estamos hablando y seguramente conoceréis el repulge del cordón, el del erizo, el del zig zag, el triángulo o el agnoloti. Hay vida más allá del cierre con tenedor.
5. Decorar con semillas, pipas o similar
Otro truco para distinguir los rellenos de las empanadillas es usar toppings variados: semillas de amapola para las empanadillas rellenas de atún, pipas de calabaza para las de calabaza asada y queso crema, cebolla frita crujiente para las de espinacas y queso feta, etc.
6. Usar el horno en vez de la sartén
Además de la elección de rellenos saludables, para restar calorías a las empanadillas lo más eficaz es cocerlas en el horno. Si las pincelamos con un poco de huevo batido o leche antes de hornear quedarán ligeramente brillantes, mucho más vistosas. Es mucho más saludable que freír las empanadillas en sartén.
Con esto también conseguimos tener muchas empanadillas listas en una sola tanda. En una bandeja de horno caben una 16 empanadillas, número que podemos doblar si usamos dos bandejas de horno al mismo tiempo.
7. Hornear a temperatura moderada y en la parte inferior
El tiempo y la temperatura del horno juegan un papel decisivo. Si el horno está demasiado caliente las empanadillas se arrebatarán y se saldrá el relleno. Lo ideal es cocerlas a 180ºC, con calor arriba y abajo durante los primeros ocho minutos, y dejar el calor solo en la parte de abajo los últimos cuatro minutos (para que se cuezan bien por abajo).
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