Ayer fue la primera jornada de Madrid Fusión en la que las espectaculares elaboraciones culinarias dejaron atónitos a más de uno. Una de las actuaciones más sorprendentes fue la de la catalana Montse Estruch del restaurante El Cingle en Barcelona, que nos mostró elaboraciones que eran un regalo para el paladar.
Comenzó con una ensalada de flores, hojas y bayas que impregnaban el plato de belleza, aromas y sabor, pamplinas, tréboles, pensamientos, crisantemos, etc., cultivadas por una pareja alemana afincada en la Sierra de Málaga.
Pero la mayor sorpresa fue su “plato regalo”, un San Pedro con cebolla escalivada en un papillote de celofán comestible que se presenta en plato como un regalo.
Para finalizar, elaboró un jardín dulce, un postre digno de los paladares golosos y delicados, siempre contando con la sofisticación, la imaginación y la armonía.