Cómo conseguir que la cocina no sea un horno en verano: los cuatro pasos a seguir

Esta estancia es capaz de acumular elevadísimas temperaturas en función de su orientación y aislamiento

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Las temperaturas de la cocina no son de este mundo, y mucho menos en verano. En estos pequeños espacios suele concentrarse un calor insoportable para la gran mayoría de las personas convirtiendo la agradable tarea de guisar en una lucha.

A ello contribuyen también la orientación del piso y su aislamiento, haciendo, en conjunto, que pueda ser una de las estancias más infernales de la casa, sobre todo cuando se pone en marcha toda su maquinaria.

A no ser que uno quiera pasar el verano comiendo ensaladas y platos fríos, esta sensación tiene remedio, pues hay estrategias para evitar que este cuarto caliente nos haga sudar a mares. Para ello, es importante adaptar la estancia.

En primer lugar, es importantísimo jugar con los elementos de aislamiento. Esto es, hay que bajar las persianas y toldos en aquellas cocinas en las que el sol irradie directamente. Esta simple y evidente acción quitará unos cuantos grados de encima.

En cuanto a las ventanas, es importante saber que la mejor opción no es abrirlas para estar más a gusto. Cuando la canícula aprieta, lo peor que podemos hacer es dejarla pasar, y hacerlo con las ventanas abiertas de par en par.

Con todo cerrado, el secreto para que la temperatura no se dispare en el interior es usar el extractor y también algunos ventiladores. La campana permitirá, en primer lugar, sacar el humo y al mismo tiempo expulsar el calor que sale de las ollas y sartenes.

Este sistema de extracción está preparado para sacar el calor de cocinar fuera de las viviendas. Su poder de absorción echará de nuestro ambiente todo el calor y los humos de ollas, planchas, placas e incluso del horno, todos ellos elementos sobre los que se sitúa.

Incluso, cuando no se cocina con elementos grasos (los que sí sueltan los guisos y alimentos a la plancha), como por ejemplo cocer pasta, se pueden sacar los filtros y aprovechar todo el poder de succión de la campana al completo (también para ponerlos en el lavavajillas).

Ahora bien, un inconveniente de las campanas extractoras es el ruido que estas generan, pues en su presencia (y más si las usamos a toda potencia) no se puede prácticamente ni hablar, a no ser que sean modelos especialmente silenciosos

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Por otro lado, los ventiladores sirven para refrescarse directamente y hacernos sentir más a gusto en cualquier espacio. Son un excelente remedio que muchos prefieren al aire acondicionado, y también en la cocina funcionan.

Foto | RDNE Stock project

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