El truco para hacer los huevos revueltos perfectos, a veces, no está ni en los huevos ni en los ingredientes

Muchas veces pasa desapercibida la importancia del menaje

Truco Huevos Revueltos
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Los huevos revueltos son una de las recetas más sencillas que, a priori, pueden existir. Diría, de hecho, que es la receta de huevos más fácil que se puede hacer. Muy por encima de la tortilla francesa, claro.

También, a mucha distancia, de hacer bien unos huevos fritos. Incluso, como es evidente, de hacer unos huevos cocidos en condiciones. Por eso, no me extraña que haya miles de trucos y consejos para hacer huevos revueltos.

Desayuno estadounidense por antonomasia y uno de los principales habituales de los brunches, los huevos revueltos tienen tanta ciencia como investigación queramos dar a su elaboración.

Lo que sí me gustaría dejar claro es que unos huevos revueltos no son una tortilla rota, por mucho que haya gente que se empeñe. A partir de ahí, vais a ver decenas de consejos para hacer los huevos revueltos perfectos y, como es lógico, casi todas van a tener que ver con los propios huevos.

Que si deben estar del todo batidos o no; si deben estar atemperados antes de cocinarse o llegar fríos; si no deben estar demasiado espumosos; si se pueden añadir lácteos para hacerlos más jugosos, como la nata…

Como decimos, consejos y comentarios para hacer los huevos revueltos perfectos hay muchos. Sin embargo, se pasa a menudo por alto que el menaje, en tantas ocasiones infravalorado, es realmente la clave para conseguir el éxito en algunas recetas.

¿Cuántas veces os ha pasado que seguís al pie de la letra una receta y no queda idéntica? Cambiar el tipo de fuente de calor, el material de la cazuela o su altura hace que no se comporten igual unas recetas que otras.

Lo mismo que pasa en los huevos revueltos y lo que aconseja el chef Ryan Bartlow, del restaurante neoyorquino Ernesto's, donde hace cocina española, y cuyos consejos recoge The Wall Street Journal.

En sus páginas, además de contar sus claves, explica la importancia del tamaño. Lo primero que advierte es que no se batan en exceso los huevos, para que den textura y el aspecto marmolado al no deshacerse las claras y las yemas por completo.

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Además de eso, aconseja apagar el fuego a mitad de cocción y dejar que los huevos se terminen de cuajar con el calor residual, pero no solo eso: el tipo de sartén. En este caso, Bartlow, para ocho huevos –para dos personas– recomienda un tamaño de sartén de unos 22 centímetros, lo que consideraríamos una sartén pequeña.

¿Para qué? "Para que los huevos no se extiendan demasiado y se cocinen demasiado rápido", añadía. La clave está en remover y evitar una cocción rápida, algo que si tenemos una sartén muy amplia sucederá antes.

Imágenes | Freepik

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