Un sofrito, salvando mucho las distancias, tiene bastantes parecidos con la novela fantástica El Señor de los Anillos, obra cumbre del autor J.R. Tolkien. No porque haya orcos, enanos, minas, hobbits o demasiadas descripciones, sino porque, en esencia, hay algunos elementos que sirven para dominarlos todos.
En El Señor de los Anillos –atención, spoiler–, Sauron (alias El Señor Oscuro) forja varios anillos para ofrecérselos a las distintas razas y permitirles 'tener el control' sobre sus pueblos, pero el muy tuno se reserva uno de ellos: el anillo para gobernarlos a todos.
Pues bueno, el Sauron de la cocina española es el sofrito y quien domina el sofrito, puede empezar a construir prácticamente cualquier receta de la cocina tradicional o, cuanto menos, sentar unas bases de sabor que permitan que la preparación, por elemental que sea, acabe resultando sabrosa.
Y, evidentemente, un sofrito necesita pocos ingredientes aunque requiere paciencia y mimo. Algo que sabe bien el chef Jesús Sánchez, del tres estrellas Michelin Cenador de Amós, en el municipio cántabro de Villaverde de Pontones, y que dejó varias claves de cómo bordar el sofrito doméstico.
El chef, único que ha conseguido ese galardón en Cantabria, insiste en que "el secreto de muchos grandes platos no está en la receta final, sino en el inicio" y es ahí donde el sofrito entra en acción. Ingredientes, insiste, no hacen falta muchos: ajo, cebolla, verduras bien pochadas e, insiste, "un tomate bien reducido".
Sin embargo, el cocinero cántabro recuerda que no todos los sofritos son iguales y que el secreto está en la paciencia. En este caso, los dos trucos más relevantes que compartió en su cuenta de Instagram son sencillos: "que el ajo perfume sin quemarse y que el tomate pierda su acidez y concentre su sabor".
Imágenes | Instagram Jesús Sánchez
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