El dukkah es una mezcla de frutos secos, semillas y especias que se ha convertido en un condimento muy popular en la cocina de Oriente Medio.
Sus raíces se encuentran en Egipto. La palabra "dukkah" proviene del árabe y significa "moler" o "machacar". Se refiere al proceso tradicional de elaboración, donde los ingredientes se tuestan y se muelen hasta obtener una textura granulosa y aromática. Se cree que los egipcios utilizaban esta mezcla para sazonar panes, carnes y verduras, aportando un sabor intenso a las comidas.
La receta del dukkah puede variar ligeramente según la región, pero los ingredientes tradicionales incluyen:
- Frutos secos: almendras y avellanas.
- Semillas: semillas de sésamo.
- Especias: comino, cilantro, pimienta negra y sal.
Es un condimento muy versátil que se utiliza seguido, y es la mejor opción para aportar un toque crujiente y un plus de sabor. Los ingredientes del dukkah son ricos en proteínas, grasas saludables, fibra y vitaminas, lo que lo convierte en un condimento además con un interesante valor nutritivo.
Polifacético en la cocina, es muy versátil y se puede utilizar de muchas maneras. En la forma de dip, se sirve en un pequeño cuenco junto con aceite de oliva y pan de pita. Se moja el pan en el aceite y luego se aprieta en el dukkah. Una delicia para disfrutar junto con un cuenco de hummus por ejemplo.
O bien, espolvoreado por encima de las ensaladas de arroz o de vegetales crudos. Funciona también como sazonador para carnes asadas, pescado a la parrilla o verduras a la plancha para un sabor especial.
Los ingredientes para una receta sencilla son:
- 1 taza de almendras
- 1/2 taza de semillas de sésamo
- 1/4 taza de semillas de comino
- 2 cucharadas de semillas de cilantro
- 1 cucharada de pimienta negra recién molida
- 1 cucharadita de sal marina
Los pasos para hacer este condimento en casa es sencillo, hay que tostar, moler y mezclar. En una sartén sin aceite, tostar ligeramente los frutos secos y las semillas hasta que estén dorados y desprendan sus aceites naturales. Una vez que todos los ingredientes estén fríos, en un mortero o molinillo de café, triturar los frutos secos y las semillas hasta obtener una textura gruesa, como arena. De querer una textura más gruesa, reducir el tiempo de procesado.
Añadir las especias y la sal al gusto. Mezclar bien hasta que todos los ingredientes estén integrados y conservar en un frasco hermético en lugar fresco y seco. Se conserva durante varias semanas.
De manera opcional, se puede personalizar agregando otros frutos secos como nueces o pistachos, o especias como pimentón dulce, hinojo o cardamomo. E incluso una pizca de chile para un resultado picante. A modo de resumen, el dukkah es mucho más que un simple condimento. Es un tesoro culinario egipcio con una larga historia y un sabor inigualable.
Imagen | Foto 1: Quanthem, Foto 2: sveta_zarzamora, Foto 3: bonchan
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