Por fin llegó el otoño, y parece que lo ha hecho para quedarse. Bajada de temperaturas, vientos fríos y tormentas marcan el cambio de estación, por lo que debemos estar atentos para que nos nos pille desprevenidos. No sólo podemos preparar nuestro cuerpo de cara al otoño, sino también afrontar la nueva temporada con energía y optimismo. La alimentación es un factor clave, y los lácteos son unos grandes aliados de los que no nos podemos olvidar en esta época.
Durante los meses más cálidos parece sencillo incorporar todo tipo de productos lácteos a nuestra dieta. Batidos, helados, yogures o sencillos vasos de leche servidos bien fríos resultaban refrescantes a cualquier hora, y seguro que el queso acompañó muchas excursiones al aire libre. Pero ahora que con el otoño nuestro cuerpo nos pide otras cosas, no debemos olvidar la importancia que tienen para mantener la vitalidad. Gracias a los productos sin lactosa, todos podemos disfrutar de los beneficios de los lácteos en esta época.
Los lácteos y su importancia en nuestra salud
La leche y sus derivados son alimentos tan comunes que a veces es fácil olvidar los grandes beneficios que aportan la salud y bienestar del organismo. Y aquellos que somos intolerantes a la lactosa somos propensos a evitarlos en nuestra dieta, pero esto puede traer malas consecuencias ya que los lácteos nos aportan nutrientes fundamentales a los que debemos prestar mucha atención.
Ya hemos visto cómo tener una intolerancia puede incluso mejorar tu alimentación, pues eres más consciente de las necesidades de tu cuerpo. De este modo, podemos incorporar a nuestra dieta por ejemplo diferentes tipos de leche, al mismo tiempo que continuamos disfrutando de los lácteos tradicionales gracias a las gamas de productos Kaiku sin lactosa, y así asegurarnos un buen aporte nutricional.
Y es que los lácteos nos proporcionan grandes beneficios que los hacen adecuados para cada etapa de la vida. Proteínas de alto valor biológico, minerales fundamentales como el fósforo, potasio y calcio, que nos eviten problemas de huesos, y vitaminas esenciales; todo ello contribuye al correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Una salud fuerte es fundamental para aguantar el ritmo en esta época de cambios de ritmo y temperaturas.
Buenos aliados contra el frío
Todas estas propiedades convierten a los lácteos en grandes aliados en situaciones en las que nuestro organismo se encuentra más indefenso. El cambio de verano a otoño es uno de los más bruscos que se producen ya que de un día para otro podemos sufrir caídas de temperaturas que nos pillen desprevenidos. Y los cambios de rutinas y la vuelta a al trabajo y los estudios requieren un esfuerzo extra que agotan nuestras reservas de energía. No es extraño por tanto que abunden tanto en estas fechas los catarros y resfriados.
La leche y sus derivados nos pueden aportar una buena dosis de energía y nutrientes para evitar que el otoño nos pase factura. Las proteínas de alto valor biológico de los lácteos nos proporcionan los aminoácidos esenciales que refuerzan tejidos y órganos contribuyendo al crecimiento, potencian las funciones cerebrales y ayudan a mantener un correcto sistema de defensas.
Sin olvidarnos del calcio, muy importante para personas de todas las edades, y es que en las temporadas de frío unos huesos débiles sufren mucho las bajas temperaturas. Podemos aprovechar otros productos de temporada, como vegetales de hoja verde y frutos secos, para combinarlos con los lácteos y así obtener un buen aporte de minerales y vitaminas, que nos ayudarán además a mantener un buen estado de ánimo contra la disminución de horas de luz solar.
Múltiples opciones para potenciar los lácteos en la dieta otoñal
Por tanto, ¿cómo sacar el máximo partido a los productos lácteos durante el otoño? Son muchas las opciones, y muy variadas. Si nos nos apetecen alimentos fríos no hay que desanimarse ya que hay muchas posibilidades de adaptar leche, yogures y quesos a nuestra dieta otoñal, y que resulten reconfortantes cuando bajan las temperaturas.
Soy consciente de que mucha gente no tolera bien la leche templada o caliente, pero podemos jugar con ella para que nos resulte más apetecible por las mañanas o la hora de la merienda. Preparados solubles de cacao, mezclada con el café, endulzada con miel o aromatizada con infusiones... depende de los gustos de cada uno. Sin olvidar de un clásico de los días fríos, el chocolate caliente a la taza, una deliciosa manera de entrar en calor y aprovechar los nutrientes de la leche.
Y si ocurre al contrario, que no nos gustan las bebidas calientes, combinar los lácteos con otros alimentos puede ser la clave para sacar el máximo partido a sus propiedades. Con cereales, fruta o muesli, a los que podemos añadir además yogur; o combinada con un buen bizcocho o magdalenas caseras, ideales para "mojar" en un buen vaso de leche.
Pero hay muchas más opciones para consumir lácteos más allá de desayunos y meriendas. Con la bajada de temperaturas apetecen platos más consistentes, guisos, sopas y cremas de verduras, tan reconfortantes como saludables. Y es posible aumentar sus propiedades nutritivas añadiendo un toque de leche, nata, yogur o queso. Por ejemplo,en cocinas de otras culturas es habitual combinar salsas de yogur con guisos de legumbres, haciéndolas además más digestivas. ¿Y qué tal un toque de queso para enriquecer cremas o aportar proteínas a unas verduras?
Vemos por lo tanto cómo son múltiples las opciones para potenciar el consumo de lácteos en otoño. El límite sólo lo ponen nuestros gustos y nuestra imaginación, y es que os animo a ser creativos en la cocina y probar a dar un toque distinto a vuestros platos tradicionales. No nos olvidemos de la importancia que tienen los derivados de la leche en esta época, ya que nos pueden ayudar a afrontar cada día con energía, vitalidad y salud.
Imágenes | bobjudge, imallergic, tore_urnes, laura padgett En Espacio sin Lactosa | Suflé de coliflor y brócoli con queso sin lactosa. Receta En Espacio sin Lactosa | Consejos para preparar nuestro cuerpo de cara al otoño
Liliana Fuchs es una joven murciana que se trasladó a Madrid después de licenciarse en Historia de arte. Hace años le detectaron intolerancia a la lactosa pero eso no ha impedido que siga disfrutando de una de sus pasiones, la cocina rica y saludable. Actualmente es editora en Directo al Paladar
