Las bayas, frutos del bosque o frutos rojos son para mí auténticas joyas de la naturaleza. Más allá de su faceta saludable, son verdaderas delicias que podría comer a todas horas, y me da mucha envidia la gente que puede salir a pasear en su zona a recolectarlas. Para muchos de nosotros, su compra no es precisamente barata, y por eso da rabia que se estropeen demasiado pronto. Con estos pasos descubriréis cómo conservar las bayas durante más tiempo en la nevera.
Los principales culpables de que este tipo de frutas tan delicadas se echen a perder son las esporas de moho y las bacterias, que se desarrollan con facilidad cuando además hay humedad. Por eso la principal recomendación es no lavar las moras, arándanos, fresas o frambuesas hasta el mismo momento en que las vayamos a utilizar, pero hay algo más que podemos hacer para prolongar su vida en casa en buen estado.
Un lavado con vinagre
Efectivamente, no hay que lavar los frutos del bosque si no los vamos a consumir inmediatamente, pero sí podemos darles un lavado especial para deshacernos de bacterias y otros elementos que pueden estropearlas. El ingrediente clave se encuentra en cualquier despensa de casa: el vinagre.
Retira los posibles restos de ramitas, tallos o pequeñas hojas y elimina cualquier baya que pueda venir estropeada de la tienda. Llena un cuenco o plato hondo con una mezcla de agua y vinagre en proporción de 3:1, por ejemplo, tres vasos de agua y uno de vinagre. Añade los frutos y remueve con la mano limpia, con suavidad.
Enjuagado y secado
Una vez limpias en la mezcla tenemos que enjuagarlas bien para eliminar cualquier resto de aroma de vinagre. Coloca las bayas en un colador y enjuágalas bien, siempre con suavidad, bajo el grifo de agua fría, procurando que el chorro no salga demasiafo fuerte.
A continuación debemos secarlas muy bien, ya que, como hemos señalado, la humedad es un gran enemigo de la fruta. Puedes disponer una cama de varias capas de papel de cocina o un trapo absorbente y limpio sobre la superficie de trabajo, o cubrir con ello un escurridor o colador amplio.
Coloca las frutas encima y remueve bien hasta que no queden rastros de gotas de agua. Es muy importante que queden completamente secas y que no las chafemos durante el proceso.
Conservación
Ahora que los frutos del bosque están secos, sólo nos queda guardarlos adecuadamente. Desecha el envase original de la tienda y elige un recipiente hermético bien limpio, mejor plano y ancho. Cubre el fondo con papel de cocina y deposita las bayas en una sola capa.
Cierra con su tapa, mejor si tiene una abertura de las que se suelen abrir para calentar en el microondas, o deja ligeramente abierta una esquina. Esto ayudará a que circule el aire dentro de la nevera y evitar que se forme humedad en el interior. Guárdalo en el frigorífico, y listo.
He probado este método por primera vez después de leerlo en distintos medios, y la verdad es que después de más de una semana mis preciados arándanos seguían estupendos. En cualquier caso, conviene revisar cada pocos días el interior del envase por si se nos hubiera colado alguna oveja negra y retirarla antes de que contamine a las demás. Las bayas y frutos del bosque son demasiado preciados para tener que tirarlos antes de poder disfrutar de ellos.
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