Hay quien podría pensar que una naranja no necesita ningún tipo de elemento externo para brillar como postre. Si alguien afirma tal cosa, puede tener por seguro que me va a tener de su lado. Eso no quita que una naranja jugosa, resplandeciente y cargada de zumo pueda ser un postre, un pelín mejor con un par de detalles.
Aprovechando estos últimos coletazos del invierno, momento en que las naranjas están en su mejor momento, no está de más prestar atención al contenido que el chef José Andrés, seguramente el más conocido de los cocineros españoles en el mundo, ha publicado en su blog Longer Tables y la cual os traemos para que comprobéis que con dos o tres ingredientes externos, podéis convertir la naranja en un postre para recordar.
Vais a descubrir que ni nosotros ni José Andres ha descubierto la pólvora con esta receta. De hecho, es bastante posible que considerar receta esta preparación sea una palabra un poquito gruesa.
Lo que sí podéis tener por seguro es que son dos detalles que mejoran enormemente a la naranja, sin ningún tipo de esfuerzo, y además con dos ingredientes que tenéis en casa seguramente.
Lo único que tenéis que hacer es pelar las naranjas con un cuchillo afilado y cortar los extremos, luego haciendo rodajas de las naranjas que vayas a utilizar. La gracia de la receta en cierto modo es que hagamos unas naranjas peladas a lo vivo y estén bien limpias, tanto de la piel exterior como de la parte blanca que recubre la pulpa.
Cuando la tengamos lista, lo único que hay que hacer es emplatarla y colocar sobre ella un poco de canela molida y de sal marina en escamas (o en flores) y dejar que durante una media hora los sabores se mezclen.
Pasado ese tiempo, simplemente tendremos que añadir un chorrito de miel y de aceite de oliva, coronando todo con unas pocas hojas de menta, picadas y tendremos un postre refrescante, barato y sabroso sin ningún tipo de esfuerzo.
Imágenes | José Andrés y Longer Tables
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