Los conocidos como snacks de aperitivo tienen una característica común: son muy crujientes. A decir verdad también suelen estar cargados de sal, grasas y algunos también azúcares, aromas y colorantes casi fosforitos, pero es ese crujido el que los hace tan apetecibles, palatables, casi adictivos, potenciando además el sabor. Por eso es tan decepcionante echar mano de la bolsa de patatas fritas para encontrar en tu boca algo rancio, soso y hasta desagradable. Su vida es efímera.
Patatas chips, chips de verduras, tostones, ganchitos, fritos, gusanitos, cortezas y todo el universo variopinto y fantasioso de snacks industriales tiene las horas contadas cuando abrimos esas bolsas hinchadas que prometen más contenido del que luego guardan -no es estafa, es aire protector, aunque puedan haber aplicado reduflación-. En cuanto rompemos su atmósfera protectora comienza la cuenta atrás para disfrutar de su contenido en su esplendor.
¿Qué hacer ante media bolsa de patatas fritas blandas? ¿Sufrir y comerlas como buenamente podamos, o tirarlas y desperdiciar así el dinero? Por suerte, hay una manera exprés de revivirlas.
Los expertos de Serious Eats comparten nuestras inquietudes culinarias y siempre se proponen experimentar en primer persona las técnicas y trucos de cocina que prometen resultados a veces demasiado fabulosos. Ensayo, prueba y error, el método científico de toda la vida, en versión de andar por casa.
La autora Swetha Sivakumar nos explica primero qué hace que una patata frita sea crujiente y deliciosa: la pérdida drástica de humedad. Los tubérculos pasan tras la fritura de un 70-80% de humedad a tener apenas un 2%. Es un porcentaje tan bajo que, cuando absorben una cantidad mínima de humedad de la atmósfera, ya lo percibimos al masticarlas, y no para bien. Una patata frita con un 4% de humedad parece normal, está seca y firme, pero nos sabe rancia.
El mejor método para que los snacks vuelvan a estar crujientes
El microondas no es el mejor método, ya que calienta de una manera poco uniforme y bastan unos segundos de más para que nuestros snacks se pongan duros como la piedra.
La freidora de aire es el mejor artilugio para recuperar la textura crujiente y el sabor de patatas fritas, panchitos y compañía. Ya sabemos que la airfryer actúa mucho mejor con fritos que ya están prefritos.
Es importante precalentar correctamente el aparato para que los snacks no pasen más tiempo del necesario en su interior; además, habrá que tener cuidado según el tipo de producto que queramos revivir, pues algunos aperitivos pueden quemarse antes y otros necesitar más tiempo. Por ejemplo, los Cheetos, Risketos y similares, al tener un recubrimiento que aporta sabor, tienden a quemarse más rápido.
Sivakumar indica que 150 ºC es una buena temperatura estándar para precalentar la freidora de aire y mantener la cocción. Según sus pruebas, recomienda recalentar las patatas fritas y snacks más finos 1,5 minutos a esa potencia, aumentando poco a poco en productos más gruesos hasta dar con el punto justo, en caso de ser necesario.
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Ojo, este truco solo sirve si los snacks han dejado de estar crujientes, pero si ya llevan tiempo expuestos al oxígeno lo más probable es que además hayan cogido mal sabor y estén completamente rancios. Antes de molestarte en probar el truco de la freidora de aire, comprueba que no emiten un olor raro o que saben mal. En ese caso, mucho nos tememos, sí habrá que tirarlos.
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