El congelador alarga la vida de los alimentos, pero no hace magia. Cuanto antes congelemos la comida y más fresco esté el producto, mejor y más tiempo se conservará, aunque no siempre podemos planificar con la antelación que nos gustaría. Si un alimento continúa en buen estado, es posible congelarlo, pero cuando ronda la fecha límite hay que tomar algunas precauciones.
Recordemos que la congelación tan solo ralentiza el deterioro de los alimentos, no lo paraliza ni hace que mejoren sus propiedades. El frío de este compartimento consigue que esa pérdida de calidad organoléptica y de salubridad sea más lenta, y tampoco elimina los posibles microorganismos o patógenos que pueda contener ya la comida.
Teniendo esto en mente, la lógica nos dice que sí podemos congelar algo que esté a punto de caducar, si bien convendría hacerlo al menos un par de días antes de la fecha que marque el paquete. Hacerlo con un producto que caduca el mismo día que indica el fabricante no es lo más recomendable, sobre todo cuando la fecha es específicamente de caducidad, y no de "consumo preferente".
Pasada la fecha de caducidad no se puede asegurar que el alimento sea seguro, pues el fabricante no puede garantizar que ya no se haya deteriorado o desarrollado patógenos peligrosos para la salud. Si es de consumo preferente, nos arriesgamos a que haya pérdida de calidad, por ejemplo en sabor o textura, aunque sean comestibles.
Como indica el experto en seguridad alimentaria Mario Sánchez, se aconseja dejar algunos días de margen entre la congelación y la caducidad si hablamos de alimentos o productos envasados, debiendo ser más cautelosos con comidas preparadas en casa o alimentos frescos que no tengan fecha indicada. Nadie quiere tirar comida, pero si no estamos seguros de que las sobras de lo que cocinamos las vamos a consumir pronto, lo mejor es congelarlas cuanto antes, indicando el contenido y la fecha.
Con los tiempos que duran los alimentos congelados siempre presentes, además es recomendable descongelarlos correctamente y cocinarlos o consumirlos cuanto antes, y nunca volver a dejarlos en la nevera una vez descongelados. Aunque hay casos en los que sí se puede volver a congelar la comida descongelada, cuando apuramos las fechas de caducidad no es lo más aconsejable.
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Fotos | Marco Verch - rawpixel.com
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