Una alimentación saludable comienza con una adecuada higiene de los alimentos. Las frutas y verduras, especialmente las uvas, pueden contener restos de pesticidas y suciedad, lo que hace imprescindible lavarlas correctamente antes de consumirlas. Existen métodos simples y efectivos para garantizar que estas pequeñas frutas estén limpias y seguras.
Sobre esto ha hecho sus consideraciones Melanie Marcus, que considera que la mejor forma de lavar las uvas es hacerlo bajo el agua corriente fría mientras las uvas se frotan suavemente para eliminar la suciedad y los residuos, informa Simply Recipes.
Así lo recomienda también el profesor de la Universidad McGill y miembro de la División de Microbiología de Alimentos del Instituto de Tecnólogos de Alimentos, Xiaonan Lu, que plantea el uso de ingredientes como agua, vinagre y bicarbonato de sodio.
Según este y otros expertos en la materia, en un recipiente grande, se mezcla agua con una cucharada de vinagre blanco y una pizca de bicarbonato. Las uvas se sumergen durante unos minutos y se remueven suavemente para eliminar cualquier residuo suciedad acumulada.
Después del remojo, se deben enjuagar bajo agua corriente y dejar secar sobre un paño limpio. Este proceso asegura que las uvas estén completamente desinfectadas y listas para su consumo. Además, esta acción puede mejorar el sabor natural de la fruta al eliminar cualquier rastro de productos.
Otra opción efectiva recomendada por expertos es utilizar una solución de agua salada. Basta con disolver una cucharadita de sal en un recipiente con agua y dejar las uvas en remojo durante unos diez minutos. Este método es igualmente eficiente y no afecta el sabor de la fruta.
Lavar antes de consumir
Es importante lavar las uvas solo antes de consumirlas, ya que la humedad residual puede acelerar su deterioro si se lavan antes. Este hábito simple garantiza que las frutas se mantengan frescas y en óptimas condiciones.
Más allá de ser un acto de higiene, lavar las uvas es también una acción educativa. Pues también resulta útil involucrar a los más pequeños en esta tarea. Enseñarles la importancia de lavar bien las frutas fomenta buenos hábitos alimenticios desde temprana edad, haciéndolo una actividad educativa y divertida.
Foto | Katja Burger
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