Las tablas de madera son un básico en cualquier cocina, pero requieren cuidados especiales para mantenerse en buen estado. Aunque el estropajo parece una herramienta útil, puede ser contraproducente, dañando la superficie y creando grietas donde las bacterias se acumulan.
El primer paso es actuar de inmediato tras su uso, lo que cortará la multiplicación de bacterias al momento y evitará tener que usar materiales y detergentes abrasivos. Por descontado, hay que evitar poner la tabla en el lavavajillas.
En lugar de usar el estropajo o un cepillo duro que estropee la superficie, es aconsejable lavarla tabla con agua caliente y un jabón suave, utilizando un paño en lugar de un estropajo. Esto elimina restos de comida sin dañar la superficie de la madera.
Para una limpieza más profunda, una mezcla de agua y vinagre blanco en partes iguales es ideal. Este desinfectante natural no solo elimina bacterias, sino que también neutraliza olores, dejando tu tabla como nueva.
Otra técnica efectiva es utilizar limón y sal gruesa. Espolvorea sal sobre la tabla y frota con medio limón, asegurándote de cubrir toda la superficie. Este método es perfecto para eliminar manchas y darle a la tabla un aroma fresco.
Una vez limpia, es fundamental secarla completamente antes de guardarla. La humedad es el peor enemigo de la madera, ya que puede deformarla y favorecer la aparición de moho. Hay que dejarla secar al aire libre , de forma vertical para que se vaya escurriendo.
Para mantener la tabla en buen estado, aplica aceite específico de forma regular. Esto ayuda a sellar la madera, previniendo que absorba líquidos y prolongando su vida útil.
Es importante recordar que nunca debes sumergir la tabla en agua durante largos periodos. Este error común puede arruinar incluso las tablas de mejor calidad.
Foto | tugay aydın
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