Son muchos los hogares que se resisten a abonarse a las máquinas de café y a sus cápsulas, y que siguen aferrados a las bondades de las cafeteras italianas, perfectas en su ejecución de un café como el de toda la vida.
Precisamente, gracias a su longevidad como máquina rústica que ha acompañado a generaciones, estas están inmersas en gran cantidad de mitos, entre ellos el de su innecesaria limpieza más allá de un buen enjuagado.
Ya se ha demostrado en repetidas ocasiones que es importante limpiarlas para evitar, precisamente, que se acumulen los restos de café en sus paredes y que este preciado producto acabe adoptando un sabor poco agradable.
La humedad que puede quedar dentro de estas máquinas en caso de enjuagarse y cerrarse a cal y canto, acompañada de unas temperaturas como las que hace ahora en la mayor parte del país, pueden ser un foco de proliferación de mohos.
Así que es importante limpiar esta máquina y hacerlo de una manera respetuosa con el producto, así que, en el otro extremo, también hay que evitar detergentes que tengan un aroma demasiado fuerte, como los de lavavajillas, capaces de afectar a los aromas de esta bebida.
Un mix quitamanchas
En este sentido, el mejor remedio para limpiar estas máquinas es mezclar una cucharada de bicarbonato de sodio, agua caliente y vinagre de limpieza, un mix que hay que echar sobre el depósito del café (o sumergirlo en un bol con cantidad de este mix).
Esta mezcla se puede dejar reposar unos diez minutos para que haga su mejor efecto, y después aclarar con agua corriente.
Con esta solución la cafetera quedará totalmente desinfectada de cualquier microorganismo que pudiera tener y además sus orificios quedarán libres de restos. La mejor noticia es que el café no adoptará sabores ni aromas extraños.
Foto | Ekaterina Bolovtsova/Pexels
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