Las cocinas están llenas de gadgets que nos resuelven los problemas de la vida diaria. Estos accesorios están orientados a mejorar nuestra calidad de vida gracias a un diseño industrial interesado en que así sea.
Tijeras, pelapatatas y hasta los cuchillos son herramientas de alta tecnología para sacar adelante la ardua tarea de alimentarnos. Sin embargo, no todo lo que entra en la cocina es una excelente solución para nuestra vida diaria, al menos, en términos de seguridad alimentaria (por mucho que sí que lo sea de practicidad).
En este caso, uno de los accesorios que puede llevar a confusión son las tablas de cortar con algunas especificidades concretas, según ha compartido con sus seguidores la divulgadora @diariodeunacientifica.
Según ha explicado, hay tablas hechas de ciertos materiales que se rayan con facilidad, de forma que generan surcos en los que se pueden ir quedando restos de alimentos por mucho que se limpien y repasen.
Estos restos serán microorganismos que se pueden traspasar a los nuevos alimentos que procesemos sobre la tabla, de manera que es mejor apostar por superficies resistentes y que no se rayen con facilidad.
Otro argumento para prescindir de las tablas de mala calidad (en este caso algunas de las hechas con plástico) es que al pasar el cuchillo pocas veces sobre estas desprenden trozos de microplásticos que se cuelan en los alimentos, de manera que se terminan ingiriendo, según demuestra con una visión de telescopio de una de estas tablas.
Cabe recordar que no todas las tablas son lo mismo, de forma que es importante fijarse en sus pormenores como composición, materiales y resistencia a la hora de invertir en ellas, pues se trata de un producto de larga duración en el que vale la pena haber invertido algunos euros más para asegurarse de que estos extremos no se den.
Foto | Sarah Chai
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