Cuando se acerca el verano sucede como cuando llega la Navidad, el mercado comienza a llenarse de productos específicos para la estación calurosa, especialmente bebidas y refrescos. Es la época propicia para lanzar novedades, a pesar de que muchos no llegan a ver la temporada siguiente. Este año nos ha llegado la gama de Parrot Bay, con una premisa innovadora: es al mismo tiempo cóctel y granizado, y promete estar listo para servir. Con lo que nos gusta probar productos originales en casa y con lo que apetece un trago fresco, teníamos que hacer nuestra particular cata.
Me resulta curioso cómo en España no se ven tantas variedades de bebidas y refrescos diferentes, como sí sucede en otros países, aunque a pesar de todo cada año llegan al mercado nuevas propuestas que esperan hacerse un hueco entre toda la oferta ya existente. Son muchas las ideas que han acabado en el cajón de los fracasos olvidados, pero parece que los productos de cócteles ya preparados cada vez tienen más éxito entre los consumidores. ¿Merece la pena que estos granizados instantáneos consigan quedarse con nosotros?
De entrada, su aspecto es llamativo. Se presenta en formatos individuales, en envases con forma de bolsa alargada que recuerda inevitablemente a los goteros. El diseño es el que se podía esperar de una bebida que quiere evocar al Caribe, con el logotipo de la marca - un simpático guacamayo rojo -, una imagen quizá demasiado falsa del cóctel y elementos decorativos veraniegos y festivos. Según la variedad el envase aparece dominado por el color que la distingue, amarillo lima, amarillo limón, rojo y verde.
Dichas variedades son cuatro en total, pensando en los cócteles caribeños más conocidos en todo el mundo: daiquiri de cítricos, daiquiri de frutos rojos, piña colada y mojito, quizá el más clásico e inevitable. Todas se presentan en envases de 250 ml, pensadas para servir dos copas, y también contienen la misma graduación alcohólica, 4,7º.
Parrot Bay ya consiguió introducirse en el mercado de Estados Unidos, y parece que no se han molestado mucho en adaptar su producto al español, ya que todas las instrucciones e indicaciones del paquete están en inglés. Pero bueno, los pasos a seguir para consumirlo no son especialmente complicados, y se resumen con ese Freeze and Squeeze: congelar y estrujar.
Cuando compramos el producto en tiendas permanece sin refrigerar, y se palpa perfectamente el líquido de su interior. Hay que congelarlo durante un mínimo de ocho horas recomendadas antes de poder consumirlo en las condiciones óptimas. Por tanto, podemos tener listos para servir los cócteles en el momento en que queramos, siempre y cuando nos hayamos acordado de abastecer el congelador con algunas unidades.
Es recomendable, sin embargo, sacarlo unos minutos antes para que se atempere un poco, pasarlo por agua templada o manosearlo un poco, para ayudar a deshacer los hielos. No hay indicaciones sobre dónde debemos cortar, así que aplicando la lógica lo abrimos por arriba y estrujamos el contenido directamente sobre las copas.
El cóctel cae en forma de hielo machacado, que va adquiriendo la consistencia más de granizado conforme entra en contacto con las copas. La verdad es que la textura de granizado está muy conseguida, ya que tiene la cantidad justa de hielo pero sin pasarse, permitiendo beberlo a través de una pajita. Tampoco sucede eso tan molesto de los granizados de mala calidad, que cuando bebes extraes todo el sabor y dejas el hielo pelado en tu vaso, lo cual es de agradecer.
En cuanto al sabor de los cócteles, creo que es lo que podríamos esperar de una bebida así. He podido degustar el daiquiri de frutos rojos y la piña colada, y sí que evocan a sus bebidas originales, especialmetne la segunda. Se nota el regusto del alcohol, aunque es suave, pero es imposible no percibir esas notas de saborizantes que suelen llevar estos combinados ya preparados. En Trendencias Lifestyle tenéis la cata del daiquiri en su sabor más clásico.
Tampoco esperaba que el sabor tan extraordinario como el de un mojito recién hecho con ingredientes naturales en el momento, así que creo que los cócteles granizados de Parrot Bay cumplen su función. Ganan mucho por la manera de servirse, tan fríos, sobre todo cuando realmente aprieta el calor y apetece una bebida fresca. Personalmente me parecen demasiado dulzones, y disfruté más de mi daiquiri con un buen chorro de zumo de lima recién exprimido.
Si sois aficionados a los cócteles, especialmente a los más tropicales y servidos bien fríos, seguramente os gusten las variedades de Parrot Bay. Pueden ser muy prácticos para alguna ocasión especial en casa, con amigos o con la pareja. Por unos 2 euros la unidad tienes un par de bebidas al instante, aunque casi que es mejor preparar los combinados uno mismo o salir a disfrutarlos en compañía buscando el fresco de alguna terraza veraniega.
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