Los que como yo no os habéis cambiado a la inducción o vitrocerámica, tenéis (tenemos) un montón de ventajas en cuanto a control del calor de las llamas, economía, así como poder utilizar casi cualquier tipo de cacharro, olla o cazuela para cocinar. Sin embargo, la limpieza de los quemadores, fogones y otras piezas metálicas es un auténtico suplicio. Hoy voy a contaros cómo limpiar los fogones de casa sin esfuerzo, con un truco que seguro que vais a utilizar a partir de ahora.
Nada de frotar y frotar, nada de olor a amoniaco y nada de esfuerzo. Con la técnica que os voy a enseñar, en unos minutos tendréis los fogones y quemadores como nuevos. Tanto es así, que se me había olvidado el auténtico color de los míos, de color gris oscuro y que yo ya creía que eran negros hasta que me enseñaron este sistema tan eficaz. Si tu cocina es de gas, te acordarás de este truco de cocina que te ahorrará tiempo y esfuerzo en la cocina.
La grasa propia de la cocina, suele pasar a los quemadores y a los soportes metálicos sobre los que éstos se apoyan. Incluso muchas veces, trasmitimos la grasa de la parte inferior de nuestras sartenes y cacerolas a los fogones que además, al calentarse con el uso, van quemándola y fijando la grasa quemada sobre su superficie, haciendo que tenga un color negro, que llega a ser uniforme.
En este caso, aunque los freguemos con un estropajo verde y añadamos un chorrito de nuestro detergente lavavajillas habitual, creeremos que están limpios, pero no conseguiremos devolverles su aspecto habitual ni su color. Pero con el truco que vamos a ver ahora, podemos tenerlos limpios sin esfuerzo, casi sin mancharnos las manos.
Para limpiar los fogones sin esfuerzo necesitarás:
Cómo limpiar los fogones y quemadores sin esfuerzo
Guarda cada quemador en una bolsa hermética de plástico que tenga cierre zip o similar y que tenga el tamaño necesario para poder guardar la pieza a limpiar sin que se abra. Añade 50 ml de amoniaco del más barato dentro de la bolsa. No hace falta que sea perfumado.
Cierra la bolsa herméticamente y agítala un poco para que el amoniaco puro impregne bien toda la superficie sobre la que tiene que actuar. Deja la bolsa con su contenido en la repisa de una ventana, una terraza o un lugar donde no te estorbe. Tiene que actuar durante unas horas por lo que yo lo hago al ir a acostarme y lo dejo toda la noche.
Repite la operación con el resto de piezas, dejándolas en bolsas diferentes, y ciérralas muy bien para que no se escapen los vapores del amoniaco. La acción de esta sustancia y sus vapores, desprenderá la grasa sin que sea necesario ningún trabajo por tu parte. Es solo cuestión de tiempo y de que esté bien cerrado.
Al día siguiente, abre la bolsa, tira el líquido que habrá tomado un color oscuro y aclara el quemador bajo el grifo. Después, pasa un estropajo -si quieres con un poco de jabón lavavajillas para quitar el olor- y sorprendentementemente y sin esfuerzo, los quemadores están como nuevos.
Seguro que este truco de cocina para limpiar los fogones de casa sin esfuerzo os viene bien si tenéis como yo cocina de gas. De todas formas, aunque tengáis vitrocerámica o cocina de inducción, el truco os será útil para limpiar de grasa cualquier otro utensilio que lo pueda necesitar. Desde luego, comparando el color de mis quemadores antes de usar este truco y el que tienen ahora, yo estoy encantado. Y eso que creía que estaban limpios.
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