Me he dado cuenta de que las buenas ideas suelen ser las más cercanas, las que tenemos al alcance de la mano, pero no siempre son las más fáciles de descubrir. El mérito es precisamente ese, percatarse de ellas y saber desarrollarlas. Last Minute Market, una asociación italiana que propone aprovechar las sobras de comida, es una de esas buenas ideas.
Es evidente que con la situación actual de crisis generalizada, buscar alternativas para optimizar al máximo nuestros recursos, en este caso comida y energía, es un tema importante. El fundador y artífice de Last Minute Market es Andrea Segrè, economista, ingeniero agrónomo y profesor de política agraria de la Universidad de Bolonia.
El planteamiento de Last Minute Market es sencillo: evitar el desperdicio de alimentos. Para ello, ha puesto en marcha varios proyectos con el fin de recoger y redistribuir los productos alimenticios a punto de caducar pero aún en perfectas condiciones. Se recuperan los excedentes de comida de supermercados, industrias, comedores empresariales o escolares y se distrubuyen entre los necesitados, todo a kilómetro cero.
Según explica el propio Segrè, “el despilfarro de comida es la paradoja más odiosa. Por un lado, hay que aumentar la producción de alimentos en un 70%, para cebar a una población mundial que va a alcanzar los 9.000 millones en 2050. Por el otro, se desperdicia más de un tercio de la comida que se produce. Si recuperáramos todas las pérdidas y los residuos, podríamos abastecer, durante un año, a la mitad de la población actual”.
¿No os parece que una iniciativas como esta tendría que ser imitada en todos los países? Es muy triste pensar que con lo que nosotros lanzamos a la basura alguien podría alimentarse. Puede que sea un problema de concienciación. Por eso aplaudo un proyecto como Last Minute Market, que propone aprovechar las sobras de comida.
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