El solsticio de verano o Midsommar trae la primera gran fiesta que marca el pistoletazo de salida del verano, la algo mágica Noche de San Juan. Este año el festivo cae en lunes, así que tenemos excusa para celebrarlo todo el fin de semana con las tradiciones locales de nuestra tierra, si tenemos esa suerte, o sumándonos a la verbena desde casa. Y desde casa nos referimos a la cocina, por supuesto.
Si la tradicional y esponjosa coca de San Juan, con su masa de panadería enriquecida y decorada con crema pastelera y frutas, se te hace un poco cuesta arriba, puedes animarte con otro dulce también típico de esta fecha.
La coca de Llavaneras o coca de Llavaneres es una creación original de la pastelería Sala, en la localidad barcelonesa de Sant Andreu de Llavaneres. Un obrador de toda la vida con unos 150 años de historia que empezó funcionando como colmado tradicional, el cual fue mutando poco a poco a horno de panadería. El nieto de los fundadores, Gaspar Sala Ros, fue el artífice de la célebre coca, que como cuenta Daniela Santos nació de un ambicioso encargo para elaborar el postre de la boda de una familia adinerada, siempre que fuera con ingredientes locales y típico el pueblo.
La coca en cuestión fue un éxito y lleva más de medio siglo como icono de la localidad, muy típica en la verbena de San Juan y con numerosos imitadores en otras pastelerías de la zona, preparándose incluso todo el año. Nos encantaría probar la genuina y auténtica, pero la versión casera, más simple, es un manjar apto para los menos diestros en la repostería.
Con una base de masa de hojaldre, crema pastelera, almendra y piñones, es una coca crujiente y deliciosa con un sabor muy especial, muy fácil de preparar y que puedes tener lista en apenas una hora.
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