Entre los dulces navideños alemanes son muy populares los que se denominan Makronen, un término que está relacionado con el macaron francés y con el que comparte alguna similitud. Pero lo bueno de la versión germana es que es muchísimo más fácil de preparar y admite diversas variaciones nada complicadas. Recetas como estos Kokosmakronen o bolitas de coco, mazapán y chocolate son ideales para Navidad.
La base es clara de huevo batida con azúcar y mezclada con frutos secos triturados o molidos. Son típicos los de almendra, avellana y nuez, pero también pueden añadirse frutas secas o rellenarse con mermelada o frutas confitadas. A veces se hornean sobre obleas y en otras ocasiones se bañan por completo de chocolate, aunque a mí me gusta solo darles un toque para que no quite protagonismo al resto de la masa.
Precalentar el horno a 160ºC y preparar una bandeja con papel sulfurizado o una lámina de silicona. Disponer las claras de huevo en un recipiente profundo y añadir la pizca de sal. Batir con batidora de varillas hasta conseguir montarlas a punto de nieve. Añadir el azúcar y seguir batiendo hasta que casi se haya disuelto.
Rallar el medio limón y exprimir el zumo. Añadirlo a la masa junto con la vainilla y el coco, y mezclar ligeramente. Rallar la masa de mazapán o pasta de almendras con un rallador grueso e incorporarla. Mezclar todo hasta tener una masa homogénea, con la que poder formar bolitas.
Tomar porciones de, aproximadamente, el mismo tamaño, y distribuirlas en la bandeja. No es necesario separarlas mucho. Hornear durante unos 15-18 minutos, hasta que se empiecen a dorar. Esperar un poco fuera del horno y dejar enfriar por completo sobre una rejilla.
Derretir el chocolate negro y llevar a una manga pastelera. Decorar las bolitas de coco cuando estén frías, añadiendo el chocolate al gusto. Dejar secar por completo antes de guardar en un recipiente hermético.
Con qué acompañar las bolitas de coco
Las Kokosmakronen o bolitas de coco, mazapán y chocolate son un bocado dulce delicioso para servir con el café o el licor de sobremesa en Navidad. Se pueden colocar en cápsulas de papel o de aluminio, tipo trufa o bombón, o guardar en bolsas o cajas pequeñas para regalar. Aguantan muy bien un par de semanas, incluso más.
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