Me negaba a empezar a comprar fresas demasiado pronto, pero en cuanto se acerca febrero ya no me puedo resistir. Da la casualidad de que, a pesar de ser algo cliché, son muy socorridas para San Valentín, como ya hemos demostrado aquí en muchas recetas. Yo sigo insistiendo en los postres chocolateados y esta vez os sugiero una pannacotta de chocolate al haba tonka con salsa rápida de fresas. Esta vez no hace falta encender el horno para darse un capricho dulce romanticón.
Ya comenté en esta otra receta que no pude apreciar este postre italiano hasta que empecé a hacerlo en casa, y además me gusta que no sean demasiado dulces. La gracia de una buena pannacotta es usar la gelatina justa, que cuaje en su punto pero siga cremosa, y no empalague. El haba tonka da un toque aromático diferente y especial, pero se puede omitir sin problemas o sustituir por cardamomo o más vainilla.
Llenar un plato hondo o cuenco con agua fría, sumergir las hojas de gelatina y dejar que se hidraten. Disponer la nata con la leche en un cazo, añadir el azúcar, la sal, el haba tonka y la vaina de vainilla abierta longitudinalmente. Calentar, llevar a ebullición, retirar del fuego y dejar infusionar unos 10 minutos.
Trocear el chocolate y ponerlo a derretir al baño maría, o en el microondas si lo controláis bien, con cuidado de que no se queme. Retirar las especias de la mezcla de nata y echar el chocolate, removiendo bien con unas varillas.
Escurrir las hojas de gelatina hidratadas, con suavidad, y echarlas al cazo. Remover con cuidado para disolverlas hasta tener una masa líquida homogénea. Repartir en 4-5 moldes limpios. Llevar a la nevera hasta que cuaje, como mínimo dos horas, mejor un poco más.
Para la salsa de fresas, lavar los fresones y quitar los pedúnculos. Cortar en trocitos y disponer en un recipiente apto para el microondas, mejor si tiene tapa. Añadir el resto de ingredientes, remover y calentar a temperatura media unos minutos, revisando poco a poco la consistencia. A mí me gusta que queden trocitos enteros de fruta. Ajustar el punto de dulce si fuera necesario.
Desmoldar la panna cotta con cuidado, introduciendo un cuchillo por los bordes del molde o sumergiéndolo en agua tibia unos segundos. Los de silicona suelen salir muy bien, y podemos escoger una forma bonita para San Valentín. Servir con la salsa de fresas.
Con qué acomañar la pannacotta
Hay que procurar esperar lo suficiente para que la panna cotta de chocolate al haba tonka cuaje bien y para que la salsa de fresas esté fría. Podemos añadir unas frambuesas a la mezcla, o añadir también un poco de chocolate fundido caliente para jugar con la temperatura. ¡Y a disfrutarlo en buena compañía!
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