Tengo un carácter un poco bipolar en preferencias culinarias. Las galletas monísimas, perfectas, bonitas y finas me fascinan, pero luego me pierdo por las pastas más rústicas. Supongo que todo tiene cabida en nuestros estómagos, y cuando el otoño asoma me apetece una cocina algo más tosca, más “de la tierra”, con harinas integrales, muchas especias y cierta imperfección. Como estas galletas shortbread de copos de avena.
El shortbread es muy popular en la repostería británica, original de Escocia. Las pastas de calidad son una delicia en su sencillez, a base de harina, mantequilla y azúcar. En esta versión añadimos una buena cantidad de copos de avena a la masa que convierten a las galletas en un bocado más rústico, más saciante pero igual de adictivo. Podéis moler los copos o triturarlos parcialmente para conseguir una textura más suave que se desmigue menos.
Para que la mantequilla se ablande antes, cortar en cubos pequeños y dejar extendida en un plato o fuente en una sola capa. Tiene que estar blanda pero no casi derretida, aunque por suerte ya no hace el calor de verano que suele causar esa situación si nos despistamos. Precalentar el horno a 170ºC y preparar dos bandejas.
Colocar la mantequilla en un recipiente y añadir la ralladura del limón y el azúcar. Batir con batidora de varillas hasta tener una mezcla homogénea. Incorporar los copos de avena, la harina, el bicarbonato y la sal, y batir ligeramente. Continuar mezclando con una espátula o cuchara grande.
Cuando tengamos una masa homogénea, amasar un poco a mano para compactarla. Tomar pequeñas porciones del tamaño de una nuez grande, formar bolitas y colocarlas en las bandejas separadas por varios centímetros. Aplastar con cuidado usando las manos humedecidas o la base de un vaso, dejando un grosor de entre 0,5 y 1 cm.
Hornear durante unos 15-18 minutos, hasta que se hayan dorado al gusto. Esperar un poco fuera del horno antes de trasladar a una rejilla para que se enfríen por completo. Guardar en un recipiente hermético.
Con qué acompañar las shortbread
Estas galletas tipo shortbread de copos de avena son crujientes pero de textura suave, no demasiado dulces pero peligrosamente adictivas. Muy buenas para acompañar el té de media tarde, una taza de café, un vasito de licor dulce o un buen vaso de leche por las mañanas.
En Directo al Paladar | Shortbread cookies. Receta