El strammer max es un sándwich abierto tremendamente popular en Alemania. En su sencillez radica su éxito: buen pan, con cierto grosor y preferiblemente de centeno, jamón curado pasado por la plancha y un huevo como colofón. Hay quien añade tiras de cebolla cruda para aportar crujiente y sabor.
A mí me parece que la fórmula básica del strammer max es más que deliciosa, sobre todo si los ingredientes son de calidad y se consume recién hecho. Es perfecto para desayunar el fin de semana, pero nada (ni nadie) nos impide servirlo como almuerzo o a la hora de la cena.
Cortamos el pan en rebanadas gorditas y las tostamos ligeramente, aunque se pueden dejar tal cual si se prefiere. Colocamos un poco de mantequilla sobre ellas cuando todavía están calientes para que se reblandezca y se unte mejor.
Calentamos una sartén y marcamos las lonchas de jamón por ambas caras apenas unos segundos. Freímos los huevos en el resto de la mantequilla y un poco de aceite. Colocamos el jamón y los huevos sobre las rebanadas de pan, espolvoreamos con sal y pimienta. Servimos inmediatamente.
Con qué acompañar el sándwich strammer max
Podemos añadir crujiente al sándwich strammer max con unas tiras de cebolla cruda o un poco de cebollino picado. Una cerveza y unos pepinillos y la experiencia alemana está garantizada.
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