Esta receta gallega es fácil, rápida y lo mismo te apaña el aperitivo que la cena sin complicarte la vida

Esta popular preparación a base de lomo de cerdo marinado es tan barata como eficaz

Raxo
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Resulta imprescindible en fin de semana pensar en recetas todoterreno que sean capaces de sacarnos, como si hablásemos de un Land Cruiser en un barrizal, cuando nos liamos haciendo cosas y no sacamos tiempo para la cocina.

Muchos planes y poco tiempo podría ser la definición más concreta que se puede hacer de ese exiguo margen que disfrutamos entre viernes y domingo y sobre el que no queda más que resignarse ante la llegada del lunes.

Por eso, si eres de los que busca recetas buenas, bonitas, baratas y que no te mantengan con los grilletes a la cocina en fin de semana, estás de suerte. Nos vamos a la cocina gallega, cuna del producto, para poner por bandera una receta sencillísima que lo mismo os puede apañar un aperitivo con unas patatas fritas que es capaz de resolveros el segundo plato de una cena fácil.

Complicación, la justa. Sabor, todo. Así podríamos definir la versatilidad del raxo gallego, una forma muy distinta de comerse el lomo de cerdo y que es perfecta para dar de comer a un regimiento sin esmerarse mucho en la cocina.

A diferencia de su hermana la zorza, que es algo más compleja si no la compramos ya adobada, el raxo es bastante más amable, pues no deja de ser un lomo de cerdo cortado en taquitos que se deja marinar una noche con unos ajos, sal, pimienta y aceite de oliva, permitiendo que cojan el sabor de las especias.

A la mañana siguiente la gran parte del trabajo ya estará hecho. Gracias a la marinada, el raxo estará aún más tierno y como ya tiene una parte de aceite por ese reposo nocturno sólo hay que saltearlo a fuego medio-alto en una sartén amplia, resolviéndonos un aperitivo de categoría en cuestión de minutos.

A su lado, al gusto, podéis meter unos pimientos de Padrón fritos, aunque también podéis recurrir a la freidora de aire, que los deja de maravilla, y escoltar el conjunto con unas patatas fritas. Nosotros recomendamos cortarlas en cubitos, como hemos hecho con el raxo, pero podéis cortarlas en bastones o como buenamente queráis.

Todo un recetón que apaña un segundo plato y al que, si además le acompañáis de un huevo frito, os multiplicará la fiesta sin dejar el bolsillo tiritando. ¿Se puede dar más por menos?

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