Con solo tres ingredientes, sin horno ni levadura, la prima italiana de la pizza es mi comodín para cenar el finde

El universo de los panes planos mediterráneos nos permite jugar con muchas masas y rellenos

Piadina
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Si llega el fin de semana y te apetece un plan de pizza en casa pero no has planificado lo suficiente, lo tienes crudo. Hacer una masa de pizza casera no es difícil, pero sí que requiere tiempo y tener levadura o masa madre a punto. Antes de recurrir a pedidos a domicilio o pizzas congeladas, considera mejor un plan alternativo con otra reina de la comida callejera italiana, y no nos referimos a la focaccia.

Con su textura elástica ideal para doblar y rellenar de lo que quieras, las piadinas, piadine en italiano, son perfectas para improvisar y solucionar una cena informal en casa cuando no apetece salir pero quieres darte un capricho de algo rico para comer con las manos.

Son muy populares en la región de Emilia-Romaña y se han extendido a otras zonas -y medio mundo- gracias a sus pocos ingredientes y elaboración sencilla casi al momento, sin horno, sin levaduras ni amasados. Solo necesitas harina de trigo común o de todo uso, bicarbonato sódico y aceite de oliva virgen extra. Además de agua y un poco de sal, que realmente no cuentan como ingredientes.

La masa se hace en un momento y tan solo hay que dejarla reposar una hora escasa -en un lugar cálido de la cocina, siendo invierno-. Luego solo queda dividir, formar bolas, aplanar con un rodillo y cocinar en la sartén. Las puedes hacer más o menos gruesas y más o menos grandes, y después rellenarlas de lo que quieras. 

Normalmente se forman en media luna, doblándolas por la mitad, pero incluso podías dejarlas tal cual y añadir ingredientes encima del disco como si fuera una pizza de verdad.

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