El Día Internacional de los Trabajadores, que se celebra el 1 de mayo, es fiesta en casi todo el mundo y se celebra no trabajando. Pero, comer hay que comer.
En su influyente ensayo Derecho a la pereza, Paul Lafargue, que además de agitador obrero era un vividor de los pies a la cabeza, proclamaba los Derechos de la Pereza: “Que se limite a trabajar no más de tres horas por día, a holgazanear y comer el resto del día y de la noche”.
Al yerno de Marx, que fue el enviado de la Primera Internacional para propagar el naciente comunismo en España –un país “en el que el animal primitivo no está aún atrofiado, el trabajo es la peor de las esclavitudes”–, le habrían encantado estos macarrones con carne, para los que hay que trabajar menos que el oftalmólogo de Stevie Wonder.
Par hacer unos buenos macarrones con carne no hace falta liarse con una salsa boloñesa, basta con hacer un sofrito de cebolla y ajo, cocinar la carne picada y añadir una salsa de tomate, a poder ser casera. Una vez se haya reducido un poco, basta con añadir los macarrones cocinados en su punto, o la pasta que más nos guste, y a disfrutar.
Para la receta se puede usar carne picada de todo tipo o, si se desea, soja texturizada, para una versión vegana. Para beber, ya que mentamos a Lafargue, nada como un vaso de vino tinto joven.
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