Los frijoles refritos son un clásico de la cocina mexicana y latinoamericana, que se prepara cocinando frijoles negros (o pintos) y luego machacándolos hasta lograr una textura cremosa. Se puede utilizar la legumbre seca o utilizar los frijoles de bote.
Tradicionalmente, los frijoles refritos se preparan con manteca de cerdo o mantequilla, lo que no los haría veganos. Sin embargo, es muy fácil hacer una versión vegana. Por ejemplo, utilizando aceite de oliva, aceite de coco o cualquier otro aceite vegetal. Además de cebolla y ajo, añadir especias como comino o chile en polvo ayuda para darles más sabor. O mismo, usar caldo de verduras en lugar de agua para cocinar los frijoles.
Cortar la cebolla y picar el ajo finamente. Calentar el aceite en una sartén a fuego medio, agregar la cebolla y el ajo, y sofríer hasta que estén dorados. Añadir los frijoles cocidos y un poco del líquido (agua o caldo) para facilitar el machacado. Machacar los frijoles con un tenedor, la parte de atrás de una cuchara de madera o un machacador hasta tener la consistencia deseada. Para unos frijoles más suaves, vale añadir un poco más de agua. Sazonar con sal, pimienta, comino molido y chile. Cocinar por unos minutos más a fuego lento para que los sabores se mezclen.
Con qué acompañar los frijoles refritos
Los frijoles refritos se guardan en un recipiente hermético para evitar que se sequen y se conservan hasta por 5 días. Se pueden disfrutar en tacos, burritos o simplemente con tortillas de maíz. Sin dudas, funcionan como base para nachos junto con totopos, guacamole y pico de gallo junto a una cerveza fría con amigos.
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