Parece que hay dos momentos clave a lo largo del año en cuanto a adelgazar se refiere, después de Navidad y después del verano. Con el fin de las vacaciones y el retomar las rutinas son muchos los que tienen el propósito de perder esos kilos de más. Ya sabemos que no existe un método mágico para adelgazar, pero según estudios recientes prestar atención a los olores y a los ruidos podría ser una gran ayuda en el proceso.
Para perder peso lo esencial es comer menos de lo que se quema- simplificando mucho, claro está -, con hábitos saludables. Para ello es fundamental la fuerza de voluntad y la perseverancia, que suelen ser el motivo de fracaso de muchas dietas. Al parecer existen otros factores ambientales que pueden reforzar esa fuerza de voluntad, los olores que percibimos y los sonidos que nos rodean.
Está claro que el buen olor a comida cocinándose o recién hecha nos puede abrir el apetito, y al contrario, los malos olores pueden cerrarnos el estómago. Pero el tema del olfato parece ir más allá, y es que ofrecer a nuestro cerebro ciertos aromas podría influir en nuestras decisiones a la hora de elegir qué comer.
Según un estudio realizado por la investigadora Nicola Buckland de la Universidad de Leeds, el olfato puede ejercer un papel clave en nuestra capacidad para elegir adecuadamente y resistir tentaciones. Para comprobarlo, ofreció chocolate en dos procesos a un grupo de mujeres que querían adelgazar. En uno de ellos les pidió que olieran primero el aroma de las naranjas, y en el otro chocolate. Resultó que después de estar sometidas al aroma cítrico consumieron hasta un 60% menos de chocolate de lo que lo hacían si sólo olían el cacao.
Los sonidos que nos rodean, y más concretamente los ruidos, parecen tener también su papel en nuestra toma de decisiones a la hora de comer. Según investigaciones recientes, como la llevada a cabo en la Universidad de Manchester o el estudio realizado por Suzanne Higgs en Birmingham, si los sonidos que percibimos nos resultan agradables disfrutamos más de lo que comemos y somos más propensos a elegir alimentos saludables.
Estemos o no haciendo dieta, todos queremos llevar una alimentación más o menos saludable. Todavía tendremos que esperar a que los investigadores puedan demostrar de forma fiable que ciertos olores y sonidos puedan ayudarnos a comer mejor, y cómo aplicarlo a nuestros hábitos de forma práctica, pero por si acaso quizá deberíamos tener cuidado con esos factores ambientales que nos rodean, especialmente si estamos a dieta.
Vía | NPR Imagen | Frank Mahon En Directo al Paladar | ¿Quieres adelgazar? La clave podría estar en el horario de tus comidas En Directo al Paladar | El oído en la cocina y la importancia de los sonidos