Imagínate entrando en un bar y que de repente, un robot, con una botella de sidra en la mano, se presente y te diga: "Soy manolín ¿te escancio un culín?" Sorprendente, ¿verdad?Pues. Manolín se ha convertido en el escanciador más famoso de los últimos tiempos.
Manolín, cual pinocho, es hijo de un prejubilado asturiano y es único en el mundo, aunque todavía no está patentado. Inicialmente era como una estatua, pero después de conversar con un amigo, decidieron innovar y así nació el actual Manolín. Ahora, levanta el brazo en el que está la botella, canta y habla.
Construido en acero inoxidable, escancia sidra eficazmente y con precisión, debido al sensor de fibra óptica instalado en su mano izquierda.Cuando el vaso se posa en su mano, dicho sensor se activa y Manolín, toma una botella de sidra de la caja (previamente descorchada eso sí). La bebida pasa por un enfriador y de ahí a la botella fija que está en su mano derecha. ¿Quién dice que el progreso y los alimentos tradicionales están reñidos?
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