Poner un sabor a una persona es complicado. Decidir cómo o a qué podría saber alguien, sobre todo si es una bebida, aún más difícil. Sin embargo, el coctelero Carlos Moreno, head bartender de Larrumba Holding y la cara detrás de la coctelería Harrison 1933, tiene claro a qué saben algunos de los españoles más ilustres de la historia.
En un país que incluso institucionalmente se atreve a hablar de 'el país más rico del mundo' parece que hay opciones para que, además, sus protagonistas cobren vida a través de la copa.
Reto, homenaje y ¿provocación? No sabemos cuánto hay de cada en una experiencia bautizada como Personajes que nos hicieron ser un país único, Moreno presenta la tercera carta de coctelería donde cobran vida líquida algunos de los españoles más relevantes de nuestra historia, pasados y modernos.
El filtro, explicaba Moreno, empezó con cerca de cien nombres es una lluvia de ideas para ver quién podría representar la quintaesencia de la españolidad y, ademas, convertirse en un trago.
Poner sabor a Rafa Nadal no es fácil. Tampoco a Pedro Almódovar, Antonio Banderas o a Julio Iglesias, pero aún más complejo puede parecer esta particular ouija de la mixología para representar los sabores que identifican a personas ya fallecidas.
En nómina de Harrison 1933, Pablo Picasso, Clara Campoamor, Rosalía de Castro, Federico García Lorca o Isabel la Católica. Así hasta 16 protagonistas que compartirán espacio con una carta más clásica donde no falta el Negroni, el Bellini Fizz o el Porn Star.
Por ejemplo, para crear el Antonio Banderas, que Moreno describe como "complejo y elegante" se basa en el malagueñismo del actor. Una base del cóctel Adonis, con vermut y ginebra, se completa con limón, un cordial con hierbabuena y agave o el 'fino y el bitter de naranja' que trasladan a ese sabor de las tardes malagueñas.
Rafa Nadal, por su parte, sabe a whisky Chivas Mizunara con licor de ensaimada –el toque balear no falta– y naranjas, completado con agua de manzana cítrica y angostura. En el caso de Julio Iglesias, fiel también a esa mezcla caribeña de adopción y gallega de origen, lleva Bacardí Carta Blanca con especias, cordial de mojito, y soda de champán con albariño al estilo tropical.
Queso de tetilla, flor de saúco y un bitter de salicornia aparecen en el cóctel Rosalía de Castro, en un trago que define como "amable, cítrico y láctico" en el que aparece el equilibrio de salinidad y dulzura.
Hitos que Carlos Moreno también ha querido refrendar con homenajes a tiempos pasados no siempre tan tranquilos como queramos pintarlos. Clara Campoamor, pionera del feminismo español, se convierte en un cóctel que mezcla amargura y dulzura, basando el combinado en el Hanky Panky como reflejo de esa batalla por los derechos de la mujer.
Imágenes | Harrison 1933
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