¿Comer desnudos en un restaurante? Yo no, gracias

¿Comer desnudos en un restaurante? Yo no, gracias
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Hace unos días, vi en la prensa que con motivo de la apertura de un restaurante Naturista en Londres, había una lista de espera de más de 35.000 personas, que tendrán que esperar más de seis meses para "disfrutar" de la experiencia. Respetando los gustos de cada uno, si me ofrecieran acudir para comer desnudos en un restaurante, diría que yo no, gracias.

No tengo nada contra el naturismo y con frecuencia he disfrutado de las playas nudistas de la provincia de Cádiz, sintiendome muy a gusto y muy en comunión con la naturaleza, pero de ahí a mezclar gastronomía con nudismo, -más allá de seguir modas o tendencias- mi opción es estar totalmente en contra.

A lo largo de los años, he leído varias veces noticias como la de la apertura de un restaurante en el que comer desnudo. La última ha sido la del Bunyadi en Londres, cuya apertura está prevista para el próximo mes de junio y más allá del morbo que puede despertar una noticia como ésta, no entiendo el placer de unir gastronomía y nudismo.

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¿Por qué considero que no mezclaría ambos placeres?

Estar desnudo en casa o en espacios abiertos puede ser muy placentero. Nada como la sensación de bañarse en el mar o relajarse tumbado sintiendo el sol y la brisa en todos los poros de nuestra piel, pero concentrar gente desnuda en un espacio cerrado destinado a la gastronomía me parece un contrasentido.

En mi opinión, la gastronomía, el placer de la buena mesa, debe permitirnos poder concentrar nuestros sentidos en el disfrute de los alimentos y bebidas, sin que otros estímulos visuales u olfativos nos distraigan.

Tengo mis dudas sobre las medidas higiénicas y sanitarias que pueden afectar a este tipo de establecimientos en los que las personas se sientan desnudas a la mesa, y cómo se higienizarán las sillas cuando se "doble" una mesa.

Bunyadi

Aunque la distribución del restaurante Bunyadi tiene una zona separada para los "textiles" y otra para los naturistas, situada junto al bar, el tipo de mesas y taburetes hechos de troncos de madera no parece el mejor sistema para aislar el sudor y otros flujos corporales que se sentarán sobre ellos.

Según la información del restaurante, el menú se basará en productos naturales y locales y contará con carne a la parrilla y opciones vegetarianas. Todo será cocinado en fuego de leña y en cacharros y vajilla de barro. El ambiente lo pondrán las velas y habrá unos biombos que separen las mesas para garantizar la intimidad. Pero...

¿Qué pasaría si encontramos un pelo en una salsa?, ¿cómo se mezclarán los olores naturales de las personas con los de los alimentos?, ¿a dónde mirarán los comensales cuando se les acerque el camarero o camarera con los platos?

La opinión de los promotores del restaurante

Según Sebastián Lyall, el cerebro tras esta inauguración, hay tres razones para conocer el restaurante:

  1. La tendencia de la comida sana, encaja con los alimentos limpios y sanos con comer desnudo.
  2. Dice que su comida será de cosecha propia y que hasta la cubertería será comestible, y no usarán nada de plástico, metal ni siquiera utilizarán la electricidad o el gas.
  3. No se permitirá usar teléfonos ni nada tecnológico para no molestar a los comensales.
  4. Si así se desea, existirá la opción -que no obligación- de dejar la ropa fuera y pasar a la zona naturista.

De todas formas la polémica está servida y sea por el morbo o por cualquier otra razón, el número de reservas a través de un email realizadas en su web ya supera las 35.000 personas por lo que parece que el restaurante tiene garantizada una apertura exitosa.

Habrá que ver cuántas de esas personas confirman y van al restaurante cuando lleguen las primeras críticas y opiniones, pero no creo que tenga mucho más recorrido que otras aventuras similares en otras partes del mundo. Y a vosotros, ¿os apetecería vivir esa experiencia?

Imagen | Mike Segar/Reuters
En Directo al Paladar | Restaurantes

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